La Unión Socialcristiana (CSU), ala bávara de la Unión Cristianodemócrata (CDU) que lidera la canciller alemana, Angela Merkel, obtuvo ayer su peor resultado electoral desde 1954; esto la obligará por primera vez a asociarse con otros partidos para poder gobernar. Según los resultados de sondeos a boca de urna difundidos por los canales públicos ARD y ZDF, la CSU obtendría 37,3% de apoyo, diez puntos menos de lo que logró en las elecciones regionales de 2013.

En segundo lugar quedó el partido ecologista Los Verdes, que reuniría 17,8% de los votos, el mejor resultado de la historia de la organización política en este estado alemán. En tanto, se disputan por la tercera posición los llamados Electores Libres –una escisión derechista de la CSU– con 11,5% de los votos, y la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que en las primeras elecciones bávaras a las que se presenta recabó alrededor de 10,6% de respaldo.

Los comicios de ayer también significaron un golpe para el Partido Socialdemócrata (SPD). Esta organización política, que era la segunda fuerza en el land y que integra la coalición de gobierno de Merkel, se hundió en 9,6%, su récord mínimo histórico.

Completará el Parlamento regional el Partido Liberal, que ya formó gobierno con la CSU entre 2008 y 2013, pero que por sí solo no podrá dar la mayoría que los conservadores precisan para llegar al gobierno regional porque recabó apenas 5% de apoyo, siempre según las proyecciones.

La CSU empezó a perder respaldo cuando endureció su retórica contra la inmigración, en un intento de frenar el avance del partido AfD, antieuropeo y xenófobo. Pero el efecto fue el contrario al buscado porque, al radicalizar el discurso, la CSU espantó a parte de su electorado más liberal, que está más preocupado por temas como la falta de acceso a la vivienda, el estado de las carreteras o la preservación del medioambiente que por la inmigración.

En una primera reacción, el líder de la CSU y actual primer ministro de Baviera, Markus Söder, admitió ayer que los resultados eran “malos” y dijo que su partido los aceptaba “con humildad”. Al mismo tiempo, hizo énfasis en que su propósito ahora es lograr “un gobierno estable”, lo que implica negociar una alianza para la que su partido sólo ha descartado a la ultraderecha. En este escenario, Los Verdes aparecen como los candidatos favoritos para formar la coalición de gobierno. El Parlamento bávaro tiene 205 escaños. Para conservar la mayoría absoluta, la CSU tendría que reunir 103 y, si se aliara con Los Verdes, sumaría un total de 121 escaños. Sin embargo, concretar un acuerdo entre los dos implicará que los conservadores tengan que ceder ante algunas exigencias de los ecologistas, de centroizquierda.

La CSU tiene otras dos alternativas para gobernar: podría aliarse con los Electores Libres, con quienes conseguiría cerca de 117 bancas, y con el SPD -una opción menos probable-, con el que sumaría alrededor de 107.

El avance de Los Verdes en las elecciones de Baviera se produce cuando los sondeos de intención de voto a escala nacional también los ubican por encima del SPD. La formación ecologista tendrá una nueva oportunidad para consolidar su avance dentro de dos semanas, en los comicios regionales de Hesse –el estado de Frankfurt, la capital financiera del país–, donde ya son socios minoritarios en la coalición que lidera la CDU de Merkel.

Más allá de lo que representa a nivel regional, los resultados de Baviera podrían ampliar las divisiones en el seno de la gran coalición entre CDU, CSU y SPD con la que gobierna Merkel y que se ha visto desgastada por las sucesivas crisis que ha tenido desde que se formó en marzo, después de un largo proceso de negociaciones.

El principal motor de las discrepancias es el ex líder de la CSU y actual ministro del Interior alemán, Horst Seehofer, quien protagoniza choques con Merkel desde que en 2015 la canciller decidió abrir sus fronteras a más de un millón de migrantes. Seehofer ha amenazado varias veces con romper la coalición para dar un giro más derechista a su política, especialmente después de la alianza con el SPD, de tendencia más progresista.