La ciudad de Trelew, en la provincia argentina de Chubut, fue durante el fin de semana el punto de reunión de 50.000 mujeres que viajaron desde todos los rincones del país para participar en el 33º Encuentro Nacional de Mujeres. La cita, que empezó el sábado y terminó ayer, se dividió en 73 talleres que giraron en torno a la legalización del aborto, el trabajo sexual, las mujeres originarias, el acoso y otras cuestiones vinculadas a los reclamos de las mujeres argentinas. Además, hubo una marcha contra los travesticidios y se eligió la sede del encuentro de 2019, que será la ciudad bonaerense de La Plata.

Las organizadoras manifestaron que el encuentro se vivió como una “fiesta”, aunque el cierre de la marcha que lo acompaña todos los años fue opacado el domingo. La movilización fue reprimida por las fuerzas de seguridad, que lanzaron gases lacrimógenos y dispararon balas de goma contra las manifestantes. Diez mujeres fueron detenidas, algunas por agentes vestidos de civil, y liberadas en el correr de la madrugada de ayer. Varias de ellas denunciaron haber recibido golpes, patadas, amenazas e insultos mientras estuvieron encerradas, según informó el diario Página 12. Las mujeres fueron liberadas pero se les iniciaron causas por “atentado y resistencia a la autoridad y daños”, según informó el Centro de Estudios Legales y Sociales de Argentina (CELS).

Además, cinco mujeres tuvieron que recibir asistencia médica por heridas en la cabeza y dos periodistas denunciaron haber recibido disparos de balas de goma. También se registraron pedradas hacia las escuelas que hospedaban a las participantes del encuentro y a varios ómnibus que trasladaban a las mujeres que llegaron de otras localidades.

“Se dispusieron fuerzas represivas de Infantería, Policía Montada y Gendarmería para reprimir al cierre de una marcha que había recorrido la ciudad en tranquilidad y alegría. Una vez más, las fuerzas de seguridad y el aparato represivo estatal se entrometen para empañar los encuentros del movimiento de mujeres”, denunció ayer la comisión organizadora del encuentro en un comunicado. En el mismo documento, las coordinadoras responsabilizaron de lo ocurrido al gobernador de Chubut, Mariano Arcioni, y al ministro de Seguridad de la provincia, Federico Massoni.

Para el CELS, la respuesta de las autoridades chubutenses a una manifestación masiva “pone en riesgo la vida y la integridad de quienes participan”, “criminaliza la protesta” y “busca amedrentar a les participantes y desalentar el ejercicio del derecho a la protesta”.

Esta no es la primera vez que las fuerzas de seguridad reprimen la marcha del Encuentro Nacional de Mujeres: situaciones similares se vivieron en 2015 en Mar del Plata y un año después en Rosario. En Trelew, a diferencia de lo sucedido en otras ocasiones, las participantes habían notado la presencia permanente de la Policía en las calles desde que pisaron la ciudad.