La última vez que fue visto el periodista Jamal Khashoggi, autor de artículos críticos sobre Arabia Saudita, fue el martes 2 de octubre, cuando llegó con su novia al consulado de ese reino en la ciudad turca de Estambul. Entró al edificio, cerca de las 13.30, para retirar un certificado de divorcio que necesitaba para casarse. Su novia lo esperó afuera de la sede diplomática hasta la medianoche, pero nunca lo vio salir. Desde entonces, se desconoce qué le ocurrió a Khashoggi.

Si bien Arabia Saudita, de donde es originario el periodista, informó que él dejó el consulado poco después de llegar, de inmediato comenzó a publicarse información que apunta a que pudo haber sido asesinado.

“La prueba de lo que le pasó a Jamal Khashoggi existe. Tiene que ser divulgada”. Así tituló el diario estadounidense The Washington Post su editorial del lunes, en el que reclamó a las autoridades de Turquía y de Arabia Saudita que difundan las pruebas que tengan acerca del paradero del periodista. El diario, que ha publicado columnas de opinión de Khashoggi, residente en Estados Unidos desde hace un año, también reclamó a Washington que exigiera esa información.

El periódico sostiene que las dos versiones serían fáciles de probar con videos o registros de viajes. Si bien autoridades sauditas informaron que las cámaras del consulado no estaban grabando ese día, hay cámaras de seguridad en las calles que rodean el edificio y que podrían probar que Khashoggi salió de allí, afirmó.

A su vez, la agencia de noticias turca Anadolu informó que la Policía investiga a 15 ciudadanos sauditas que llegaron al consulado ese día y volvieron a su país poco después. Dos fuentes dijeron a The Washington Post que esas personas conformaban un equipo enviado para asesinar a Khashoggi.

Por su parte, el periodista turco Turan Kislakçi, dirigente de la Asociación de Prensa Turco-Árabe, dijo al diario turco Hürriyet que él pudo confirmar que el cadáver de Khashoggi fue cortado y sacado del consulado en partes por esas 15 personas.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Turquía pidió permiso a Arabia Saudita para registrar la sede diplomática de Estambul, e informó que las autoridades del reino le “hicieron saber que están abiertas a la cooperación y que se podrá hacer un registro del consulado general”.

Tanto el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, como el estadounidense, Donald Trump, dijeron que están “preocupados” por lo ocurrido y comunicaron que le pidieron explicaciones a Arabia Saudita. Un portavoz del Departamento de Estado, Robert Palladino, afirmó: “Seguimos viendo informes contradictorios sobre lo que ha pasado”, y el propio presidente estadounidense reconoció que no sabe si Khashoggi fue asesinado o no. Por otra parte, Palladino negó que sea cierto que, tal como publicó The Washington Post, los servicios de inteligencia estadounidenses hayan estado al tanto de que el gobierno de Arabia Saudita tenía planes de matar al periodista.

“Si se determina que, como todo indica hoy, ellos [los sauditas] mataron a un periodista, eso cambiará enormemente nuestra relación”, dijo Bob Corker, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado. Por su parte, Trump se mostró contrario a sancionar al reino y afectar los negocios con Arabia Saudita, en particular la venta de armas. “No me gusta la idea de detener la entrada en Estados Unidos de 110.000 millones de dólares. Van a tomar ese dinero y gastarlo en Rusia, China u otros”, dijo.