Conocido como embarazo psicológico o imaginario, aunque llamado correctamente pseudogestación, no obedece a razones psicológicas ni nada parecido. Es un estado fisiológico que aparece en algunas perras y, como tal, es absolutamente normal. Una serie de sucesos gobernados por hormonas explican esa condición, que intentaremos explicar.

El ciclo reproductivo de las perras se caracteriza por ser estacional y en general ocurre cada cinco u once meses con una media de seis. Cada ciclo comprende diferentes etapas:

»» Anestro, cuando no se evidencian signos de actividad ovárica

»» Prostro, cuando comienza a desarrollarse la actividad folicular; podemos evidenciarlo en el aumento de tamaño de la vulva, aparición de secreción sanguinolenta y atracción por el macho esto, cuando ocurre la aceptación del macho, ya que es el momento en el que la perra ovula realmente y comienza a desarrollar los cuerpos lúteos (en el caso de que sea fecundada, crecerán y secretarán progesterona, vital para el correcto desarrollo de la gestación, pero si no es fecundada, no desaparecerán de inmediato y, por ende, también secretarán progesterona)

»» Diestro, momento en el cual los niveles plasmáticos de progesterona se mantienen elevados por aproximadamente 60 a 90 días y los cuerpos lúteos permanecen funcionales tanto en perras que han quedado preñadas como en las que no; los niveles de progesterona en ambas situaciones no difiere significativamente

Origen

Tanto la perra que ha quedado preñada como la que no pasan al final de su celo por la fase de diestro, en lugar de entrar en anestro (descanso) como otras especies. Por lo tanto, las hormonas circulantes y su efecto en principio son iguales, pero el resultado depende de la actuación de dichas hormonas sobre el sistema nervioso. Por lo anterior, una perra que no ha quedado preñada puede presentar los mismos síntomas que una que realmente lo está.

En definitiva, el famoso embarazo imaginario aparecerá dos meses después de una ovulación que no terminó en gestación.

Para qué sirve

En animales que viven en grupo o manadas es un mecanismo de supervivencia muy práctico. Permite que todas las hembras del grupo participen en la crianza de los cachorros para que estos tengan más probabilidades de salir adelante, ya que cualquier nodriza será capaz de criar una camada en caso de que la madre natural no pueda hacerlo, por causa de una enfermedad o porque murió. En otras palabras, es una herencia de su ancestro salvaje, la loba.

Sintomatología

• Hinchazón en las mamas y el abdomen

• Mamas conteniendo leche

• Intranquilidad

• Irritabilidad

• Anorexia o pérdida de apetito

• Disminución de la actividad

• Ganancia de peso

• Conducta de nidificación

• Adopción de objetos o muñecos como si fueran cachorros

• Agresividad maternal, que es propia de las hembras que protegen a sus crías y es natural, por lo tanto, no debemos considerarla una alteración del comportamiento

Los síntomas que sí deberían preocuparnos serán los orgánicos, como las mastitis, ya que esa acumulación de leche no será extraída debido a la ausencia de cachorros, y se convierte en un caldo de cultivo propicio para miles de bacterias.

En general los síntomas desaparecen en unos diez días y la perra vuelve a la normalidad.

Tratamiento

Normalmente no es necesario utilizar tratamiento farmacológico para que desaparezca, aunque a veces, si el animal padece alguna complicación, por ejemplo, mastitis o alteraciones del comportamiento, se deberán usar antibióticos e inhibidores de la síntesis de prolactina.

En general, si se restringe el acceso a la bebida y a la comida durante 24 horas suele desaparecer, pero es necesaria la consulta veterinaria para evaluar cada caso.

Normalmente una perra que ha manifestado una vez pseudogestación la seguirá padeciendo después de cada celo, y la única manera de evitar que vuelva a ocurrir es castrándola.