El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que además ocupa el cargo de canciller, asumió ayer también como ministro de Defensa después de que el martes renunciara Avigdor Lieberman por su postura contraria a la tregua en la franja de Gaza. La salida de Lieberman dejó a la alianza de gobierno con 61 escaños en el Parlamento, frente a los 59 que ocupa la oposición. Debido a la ajustada mayoría del oficialismo, varios integrantes del gabinete presionaron en las últimas horas a Netanyahu para que posponga para marzo las elecciones de noviembre de 2019.

Sin embargo, luego de una serie de reuniones, el primer ministro anunció ayer su negativa a adelantar los comicios. Alegó razones de seguridad. “Nos encontramos en una situación de seguridad compleja, y en una época así no se derriba un gobierno, no se va a elecciones. Tenemos un año entero hasta los comicios. En medio del juego no se abandona ni se juega a la política, la seguridad del país está por encima de la política y de los intereses personales”, dijo Netanyahu en una conferencia de prensa en Tel Aviv. Un rato antes, había dicho a su gabinete que sería “innecesario” e “incorrecto” modificar el calendario electoral en medio de un panorama “delicado”.

Medios de Israel como el Canal 10 de ese país informaron ayer que Netanyahu tiene planeado nombrar a otro ministro de Relaciones Exteriores para poder centrarse en su nuevo cargo al frente de Defensa.