La sala de eventos del hotel Sheraton rebosaba de personas, entre las que estaban varias figuras del Partido Colorado, como Pedro Bordaberry, Ernesto Talvi, Adrián Peña, Conrado Rodríguez y Luis Hierro López. Pero también había blancos, como el ex presidente Luis Alberto Lacalle. Ayer de noche se presentó el último libro del también ex presidente Julio María Sanguinetti, La trinchera de Occidente. A 70 años del Estado de Israel, de la editorial Random House. En la contratapa del libro se señala que Sanguinetti recoge textos de medio siglo sobre “el tema judío, la intolerancia y las batallas del Medio Oriente” y que “no faltan las polémicas, especialmente en los últimos años, en que el ‘antisemitismo’ se viste de ‘antisionismo’ para sustentar siempre la misma causa: la destrucción de Israel y lo que él representa”.

En el evento, que contó con la participación del periodista argentino Carlos Pagni y del profesor Pablo da Silveira, el ex presidente sostuvo que el título del libro busca destacar que a Occidente “le ha costado mucho entender que en ese lugar de Oriente se jugaba el destino de todos”. Más adelante afirmó que allí hay un “conflicto de identidades”: por un lado está “la identidad judía”, “milenaria”, aunque por mucho tiempo “sin un territorio en el cual pudiera asentarse”, pero que no sólo correspondía a un pueblo sino también a “una nación, porque tenía la voluntad de autogobernarse”. Del otro lado, según Sanguinetti, “el pueblo palestino no tenía identidad”, y la formación de esta es un “fenómeno que se va produciendo con el tiempo”, “después del conflicto” con Israel.

Luego el autor retomó el comentario de la contratapa. Sostuvo que hubo varios cambios en el conflicto entre Israel y Palestina, “hasta en la semántica”, porque hoy se pretende llamar “antisionismo” a lo que antes se llamaba “antisemitismo”, para “desplazar el debate”. “Curiosamente, lo que al principio partía como antisemitismo, de corrientes ultranacionalistas, pasó a ser un debate de tipo universal; y el racismo, que antes partía de la derecha, ha pasado a ser izquierda, en el último travestismo ideológico al que se enfrenta y que está detrás de este debate, o sea que es un cambio muy sustantivo”, dijo Sanguinetti, ganándose así muchos aplausos.

El ex presidente subrayó que a lo largo de los últimos 70 años también se han transformado los escenarios y las ubicaciones relativas, porque en 1948 Israel estaba “rodeado de cinco Goliats” y era “el más débil, luchando por su supervivencia”, pero luego “el pequeño David creció, pasó a ser una democracia y a mostrar su capacidad de desarrollo económico y social; pasó a ser el país más próspero y más equilibrado socialmente de toda la región”. Por último, Sanguinetti dijo que a veces se habla del “militarismo israelí” pero que “si Israel no hubiera tenido el ejército que tiene, no existiría”, y esto le ganó más aplausos. “Hoy se lo ve como una potencia militar, y felizmente lo es”, concluyó.