Luego de una reunión con los integrantes de su gabinete que se prolongó por más de cinco horas, la primera ministra británica, Theresa May, anunció ayer que su gobierno aprobó el texto de preacuerdo sobre el brexit alcanzado con la Unión Europea (UE). Hoy May comparecerá ante los parlamentarios británicos para darles los detalles del texto.

Una vez que el preacuerdo sea aprobado por los 27 estados integrantes de la UE deberá ser votado por el Parlamento, donde se prevé que para el gobierno de May no será fácil contar con los votos necesarios. Está en marcha la conformación de un frente de oposición integrado por varios partidos, entre los que se encuentran los más acérrimos antieuropeístas, que cuestionan el acuerdo.

Tras la maratónica reunión con sus ministros –diez de ellos se manifestaron en contra del texto según informó The Telegraph–, May hizo una breve declaración pública en las puertas de la sede del gobierno británico en la que afirmó que aceptar el preacuerdo fue una decisión difícil, sobre todo por la cuestión de Irlanda, a la vez que aseguró que se negoció el mejor acuerdo posible. La mandataria dijo además que cree “firmemente” que esta decisión “es la mejor para el interés general de Reino Unido”. “Sé que vendrán días difíciles por delante”, dijo May, quien sostuvo que el pueblo británico se encuentra en una encrucijada: “Aceptar este acuerdo, que se basa en la votación del referéndum, que recupera el control de nuestro dinero, leyes y fronteras; acaba con la libre circulación; protege el empleo, la seguridad y la unión del país; o salir sin acuerdo o no salir en absoluto”.

Según informó el diario catalán La Vanguardia, el texto del preacuerdo incluye una cláusula específica para evitar el restablecimiento de una frontera dura entre las dos Irlandas –la del Norte que, como parte de Reino Unido, dejará la UE; y la República de Irlanda, que seguirá formando parte del bloque comunitario– tras el brexit, lo cual es un aspecto clave para sus economías y para no alterar los acuerdos de paz entre católicos y protestantes firmados en 1998.

Esa cláusula prevé que una vez que Reino Unido salga del bloque comunitario, el 29 de marzo de 2019, permanecerá temporalmente en una unión aduanera con la UE, mientras que se irán agregando provisiones específicas para reforzar el alineamiento de Irlanda del Norte con esa área económica y con las reglas del mercado único comunitario.

Luego de la declaración de May, se manifestó el negociador de la UE, Michel Barnier, quien desde Bruselas defendió la aprobación del preacuerdo y puntualizó algunas cuestiones sobre el futuro inmediato de las relaciones entre el bloque europeo y Reino Unido. Barnier confirmó que habrá un período de transición hasta diciembre de 2020, en el que todas las partes “preservarán la situación actual con respecto a las políticas europeas, la unión aduanera y todos los derechos que eso conlleva”. Agregó que “esto permitirá que los pequeños negocios en particular puedan prepararse y adaptarse”.

También manifestó su satisfacción por el preacuerdo el primer ministro de la República de Irlanda, Leo Varadkar. Consideró que el resultado es “satisfactorio” para todos los intereses clave de los irlandeses y destacó que Reino Unido permitirá el acceso por tierra de los productos irlandeses al mercado de la UE.