Amado y odiado –muchas veces al mismo tiempo–, Paul WS Anderson no deja indiferentes a su paso. Perpretador de horrores como Mortal Kombat, Alien vs Predator, una pésima versión de Los Tres Mosqueteros y, sinceramente, todas las secuelas de Resident Evil, es también el autor de grandes películas de ciencia ficción como Event Horizon y Soldier (y podemos admitirle en el bando de las buenas su remake de Death Race y la Resident Evil original).

Justamente, si pensamos en Event Horizon, la mejor de sus películas –aquí se la conoció como La nave de la muerte– y escuchamos de una nueva serie en la que un grupo de pasajeros a bordo de una nave espacial despierta de repente para encontrarse que son los únicos a bordo, hay muertos por todas partes y, encima de todo, un alien poseedor de cuerpos, no cabe duda de que el bueno de Paul es el indicado para producirla y dirigir además un buen puñado de episodios.

Origin es una creación de Mika Watkins, una ascendente guionista británica, que combina un montón de lugares comunes –tenemos un poquito de Alien, usurpadores de cuerpos, mucho de La cosa, de John Carpenter, la estructura de tiempo presente + flashback de Lost, y, obviamente, muchísimo de Event Horizon– pero lo hace de estupenda manera, generando un gran producto de ciencia ficción muy deudor de cierto espíritu clase B que poblara las pantallas en los 80 y 90.

Origin es la nave que lleva a un nuevo planeta a sus colonos. El planeta se llama Thea y es la oportunidad de pasar raya, hacer borrón y cuenta nueva, para todos aquellos cuya vida en la Tierra ya no estaba encontrando salida (y hay que admitir, además, que nuestra querida bola de barro ha visto mejores días). Cual si fuera entonces uno de aquellos barcos que llevaba presos, desesperados y hombres en fuga a Australia a principios del siglo XVIII, Origin tiene entre sus pasajeros gente bastante poco recomendable, tales como un asesino yakuza, una ex guardaespaldas signada por una tragedia, un estafador alemán, un doctor con culpas sobre su espalda, una hacker que es probablemente una de las mayores criminales del planeta, un dealer miserable, entre otros.

Pronto todo el grupo se enterará de que algo muy, muy malo ha pasado en la nave: hay un bicho suelto que probablemente esté en uno de ellos y quién sabe si la maldita nave llegará a alguna parte después de todo.

Origin es una nueva producción de Youtube Originals –como lo fue también la muy recomendable Cobra Kai– y ofrece en su plataforma los primeros dos episodios de manera gratuita y de manera paga a partir del tercero (de diez).

Su argumento justifica la inclusión de un elenco internacional de caras desconocidas –con la excepción de los británcos Natalia Tena y Tom Felton, en lo que resulta una reunión de ex actores de Harry Potter (ella fue Nympadora Tonks en las películas del maguito y Felton ahora encarna a un desagradable cobardica con visos de redención, o sea, un Draco Malfoy en el espacio)– pero por regla general, muy competentes.

Visualmente, la serie no inventa la pólvora, pero es funcional y la nave es muy coherente con todo lo que la trama va planteando y/o necesitando. Lo único que se le podría echar en cara es la reiteración del esquema episodio dividido en “historia presente” y “flashback que nos presenta al personaje”, que –al igual que pasaba con Lost, de donde lo toma– la gran mayoría de las veces se siente una intromisión molesta a la historia que interesa –la del presente– con datos estirados que aburren.

Con paranoia, violencia y hasta apuntes de gore, este whodunit espacial tiene por encima de todo la gran virtud de no ser predecible y crear personajes por los que uno se termina interesando (no hay, prácticamente, ningún monigote puesto allí para morir). La propia esencia del alien termina por ser bastante original y plantea elementos a desarrollar seguramente en una segunda temporada, que todavía no está confirmada.

En esa posible nueva temporada ya nos encontraríamos en Thea y descubriríamos qué fue del resto de los pasajeros y tripulación de Origin, quienes supuestamente escaparon antes que nuestro elenco protagonista.

Con cero pretensión, buena producción y muchas ganas de entretener, Origin es una muy buena serie para aquellos fans de la ciencia ficción clásica, directa, reconocible y efectiva. Diez episodios de buena factura técnica, bien actuados y que resuelven con altura todo lo que plantea.