La noche del 30 de abril de 1981, en el centro de convenciones cariocas Riocentro se desarrollaba un espectáculo de música popular brasileña como previa del Día de los Trabajadores, coordinado por Chico Buarque (entre la decena de músicos se encontraban referentes como Ney Matogrosso y Djavan). Sectores del ejército –aún quedaban cuatro años para el restablecimiento de la democracia–, dispuestos a contraatacar la inminente apertura democrática, organizaron un atentado: al evento se llevó una bomba dentro de un auto, pero como explotó antes de tiempo dentro del coche, mató a un sargento e hirió a un capitán. La segunda explosión se produjo a unos kilómetros, en la estación eléctrica de la que dependía el centro, pero como explotó en el patio (había sido lanzada por encima un muro) la electricidad no se interrumpió. Hoy a las 19.00 en el Espacio Cultural Tribu (Maldonado 1858; con entrada libre), el Festival Internacional de Cine Documental de Uruguay, conocido como Atlantidoc (continúa hasta el viernes 14, y la programación se puede consultar en su página web), organizó una función especial de un film brasileño, por presentar “un devenir histórico capaz de explicar situaciones del presente”: Misión 115, de Silvio Da-Rin, el documental sobre el Centro de Operaciones de Defensa Interna (conocido como Doi-codi), la agencia brasileña de inteligencia y represión de la última dictadura militar, que se encargó de este fallido operativo. En este largometraje es la primera vez que uno de los miembros del equipo, el ex oficial de policía Claudio Guerra, cuenta en detalle cómo se planificó la operación.

Al show asistieron cerca de 20.000 personas, y junto a la coordinación de Buarque, el evento fue organizado por el Centro Brasil Democrático, entidad cultural vinculada al Partido Comunista Brasileño y dirigida por el audaz arquitecto Oscar Niemeyer. Otra recordada particularidad de este operativo es que, cuando explotó la bomba dentro del auto –que no llegó a llamar la atención del público–, sobre el escenario, la cantautora Elba Ramalho comenzaba a impugnar la violación de la violencia con “Banquete de signos”.

Clausura

El cierre del festival, que será el viernes 14 a las 20.30 (en la Casa de la Cultura de Atlántida), estará a cargo del emotivo documental Ata mi arado a una estrella, de Carmen Guarini, dedicado al argentino Fernando Birri (1925-2017), uno de los fundadores –junto a Fidel Castro y Gabriel García Márquez– de la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños, quien, luego de estrenar dos películas que se convirtieron en referencias –el cortometraje Tire dié. Un documental sobre los niños pobres santafesinos (1958) y Los inundados (1962)– se convirtió en una de las figuras centrales del comienzo del Nuevo Cine Latinoamericano en los años 60. Ata mi arado a una estrella se enmarca en 1997, cuando Birri volvió a Argentina para filmar una película a 30 años de la muerte del Che Guevara. En ese entonces, Guarini siguió este rodaje sobre las huellas del Che y la vigencia o no de la utopía en el mundo contemporáneo, registrando su proceso creativo y a los diversos entrevistados, desde Ernesto Sábato (“es imposible vivir sin utopía”, advierte), Osvaldo Bayer y Eduardo Galeano hasta el artista plástico León Ferrari y una serie de agricultores bolivianos.