El Congreso estadounidense no logró llegar a un acuerdo en torno al presupuesto de 2019, y el gobierno debió decretar el viernes de noche un cierre parcial de la administración por falta de fondos. Lo que impidió cerrar el pacto fue que no se incluyeron los 5.000 millones de dólares que exige el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para construir el muro en la frontera con México.

El jueves, la Cámara de Representantes –controlada por los republicanos– logró aprobar los fondos para el polémico muro, pero la propuesta se estancó más tarde en el Senado. En esta cámara, los legisladores oficialistas necesitan el respaldo de al menos nueve demócratas, que se oponen a lo que fue una de las principales promesas de campaña de Trump.

Como consecuencia del cierre administrativo, cerca de 800.000 funcionarios públicos no recibirán su sueldo, aunque lo recuperarán cuando los legisladores aprueben el presupuesto y el presidente lo firme. De ese total de funcionarios, 420.000 tendrán que ir a trabajar de todas formas después del feriado de Navidad porque sus puestos son “esenciales”. El resto se quedará en su casa.

La parálisis es parcial porque tres cuartas partes del gobierno –incluido el Departamento de Defensa y los servicios de salud– tienen financiación hasta setiembre de 2019. Sin embargo, afecta a agencias de diez ministerios, incluidos los de Transporte, Seguridad Nacional y Justicia.

Se trata del tercer cierre administrativo que enfrenta Trump este año, después del de enero, que duró tres días, y un segundo en febrero, que se alargó apenas unas horas. Este ya es el más largo de los tres y es especialmente complicado porque tiene lugar durante las fiestas de Navidad y fin de año. Está previsto que el Senado se reúna hoy de manera informal y vuelva a hacerlo el jueves para ver si se ha conseguido un acuerdo que permita reabrir el gobierno.

Pero destrabar la situación parece difícil porque ninguna de las dos partes está dispuesta a ceder. El director de Presupuesto de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, dijo ayer a la cadena Fox que es “muy posible” que el cierre parcial se prolongue hasta enero de 2019. Esto complicaría las cosas para Trump porque el 3 de ese mes la oposición demócrata asumirá el control de la Cámara de Representantes y, en una nueva votación, las chances de que los fondos para el muro sean aprobados serían nulas.

Trump reconoció el sábado que la paralización administrativa podría ser “larga” y volvió a pedir que el presupuesto incluya los 5.000 millones de dólares para construir el muro. “La crisis de actividad ilegal en nuestra frontera sur es real, y no pararemos hasta que construyamos una gran barrera de acero o de ladrillo. ¡Que empiece el trabajo!”, tuiteó el presidente. El día anterior, cuando la posibilidad de un bloqueo era inminente, había dicho que cerraría el gobierno “con orgullo” si el precio a pagar era la financiación del muro. También responsabilizó a los demócratas de la situación: “Vamos a tener un cierre, no hay nada que nosotros podamos hacer al respecto, porque necesitamos que los demócratas nos den sus votos. Llámenlo ‘cierre demócrata’ o llámenlo como quieran”.

En cambio, los líderes demócratas en el Congreso insistieron en que la culpa es de Trump porque a principios de la semana pasada rechazó una ley que ya había sido aprobada por el Senado, con el apoyo de demócratas y republicanos, para financiar el gobierno hasta el 8 de febrero. Esa ley incluía 1.300 millones de dólares para seguridad fronteriza, pero Trump insistió en que no era suficiente y se rehusó a firmarla.

“Si querés abrir el gobierno tenés que olvidarte de la idea del muro”, le dijo al presidente el líder de la bancada demócrata en el Senado, Chuck Schumer. Para el senador, la parálisis administrativa se debe a un “berrinche” del mandatario y aseguró que cualquier propuesta que planteen los republicanos va a ser rechazada por su partido si incluye dinero para construir un muro fronterizo.

Por su parte, la líder demócrata en la cámara baja, Nancy Pelosi, adelantó que “si Trump y los republicanos eligen continuar con el cierre del gobierno, la nueva Cámara de Representantes con mayoría demócrata aprobará rápidamente una legislación en enero para reabrir la administración”.

La paralización de la administración empezó en un momento complicado para el presidente. Un día antes, su secretario de Defensa, James Mattis, renunció en protesta a la decisión de Trump de retirar a las tropas estadounidenses de Siria.