Petro Poroshenko, el presidente de Ucrania, anunció ayer que expiró la ley marcial impuesta el 26 de noviembre en algunas zonas del país, después de que Rusia capturara tres barcos ucranianos cerca del estrecho de Kerch, que separa el Mar Negro del Mar de Azov. “A las 14.00 expiró el estado de excepción. Es mi decisión. Se basa en todos los elementos de la actual situación de seguridad del Estado”, declaró Poroshenko durante una reunión del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania, según informó la agencia oficial de Ucrania, UNIAN.

El estado de excepción se aplicó en diez regiones costeras limítrofes con Rusia –incluidas Donetsk y Lugansk, escenario de un conflicto armado desde 2014– y con Moldavia, y en el Mar de Azov, que fueron las que se consideraron más amenazadas por una posible agresión del país vecino, con el que actualmente Ucrania mantiene una situación de tirantez.

En principio, Poroshenko pretendía aplicar la medida excepcional durante 60 días, pero tuvo que reducirla a 30 ante las críticas de los diputados de la oposición, que temían que esta acción le sirviera de argumento para aplazar las elecciones. Por eso el presidente, que buscará la reelección, insistió ayer en que los comicios se celebrarán, tal como estaba previsto, el 31 de marzo de 2019. Sin embargo, el presidente ucraniano subrayó: “La amenaza rusa no se ha ido a ninguna parte. Y es posible que, de no ser por las elecciones, hubiéramos pedido a la Rada Suprema (el parlamento) continuar con el estado de excepción. Pero este mes, para fortalecer nuestra capacidad de defensa, también hemos hecho mucho en el ámbito internacional. ¡Gracias por el trabajo de nuestros diplomáticos!”.

Poroshenko y el presidente ruso, Vladimir Putin, están duramente enfrentados, a tal extremo que el diálogo directo entre ambos prácticamente no existe. Es por esta situación que desde Rusia se esperan con expectativa las elecciones ucranianas de marzo, ya que en caso de que ganara la presidencia alguien con un perfil diferente al de Poroshenko, puede comenzar un nuevo período en la relación de los dos países, que comparten muchos rasgos en común.

La ley marcial impuesta por Poroshenko incluyó medidas como la movilización de tropas hacia la frontera con Rusia y los puertos bañados por los mares Negro y Azov, y las restricciones a la entrada en el país de hombres rusos en edad de prestar servicio militar.

Putin condenó la medida adoptada por su par ucraniano al recordar que Kiev no llegó a declarar el estado de excepción ni después de la anexión de Crimea ni tampoco luego de la sublevación pro rusa en el este del país, ambos hechos ocurridos en 2014.

Mientras que Poroshenko tachó de “agresión” la captura de los tres barcos ucranianos con 24 marineros abordo, Putin defendió el uso de la fuerza por parte de los guardacostas rusos porque la acción se trató de una “provocación” ucraniana.

Fue debido a ese incidente naval que el presidente estadounidense, Donald Trump, canceló el encuentro que tenía previsto con Putin el 1º de diciembre en el marco de la cumbre del G20, en Buenos Aires.