El presidente estadounidense, Donald Trump, ordenó la retirada de los 2.000 soldados de Estados Unidos presentes en Siria y dispuso que esta salida se complete en un plazo de 30 días. Consideró que la guerra que lanzó hace cuatro años una coalición liderada por Estados Unidos contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) ya fue en gran parte ganada. “Hemos derrotado a EI en Siria, mi única razón para estar allí”, anunció Trump en un mensaje publicado ayer en su cuenta de Twitter. No ofreció detalles sobre sus planes para la misión militar ni sobre una estrategia más amplia en Siria.

Trump había dicho en varias ocasiones que su prioridad en Siria era erradicar a EI, y parece haber dejado de lado la idea de forzar una transición que obligue la salida del presidente sirio, Bashar al Assad.

Según informó The New York Times, funcionarios del Pentágono intentaron disuadir ayer al presidente de adoptar esta decisión. Argumentaron que la retirada sería una traición para los aliados kurdos que lucharon junto a las tropas estadounidenses en Siria y que ahora, sin el apoyo de Washington, podrían quedar expuestos a un eventual ataque del ejército turco.

Pero Trump se mostró inflexible y tomó la decisión en forma repentina, en línea con su idea de combatir a EI y de cuestionar las misiones militares en el extranjero. Considera que benefician muy poco a Estados Unidos por ser costosas y peligrosas.

Según informaron a medios estadounidenses fuentes del Pentágono, actualmente EI apenas tiene 1% del territorio que llegó a dominar en 2014, cuando proclamó un califato en Siria e Irak. Pero distintos funcionarios han advertido que recuperar el territorio del grupo yihadista no sería lo mismo que derrotarlo. “Incluso cuando el final del califato en términos físicos está ahora claramente a la vista, el fin de EI tomará mucho más tiempo”, dijo Brett McGurk, el enviado especial de Estados Unidos para la coalición que enfrentó a EI.