Dos años después, la tormenta parece haberse disipado. Ayer el consejo directivo del Colegio José Pedro Varela convocó a una conferencia de prensa en la que sus autoridades hicieron una suerte de rendición de cuentas del camino recorrido desde fines de enero de 2016, cuando la Sociedad Uruguaya de Enseñanza (SUE) decidió aprobar la continuación de la institución, a pesar de los problemas financieros. También se refirieron al año que corre: dijeron que aumentó “levemente” la matrícula, “de acuerdo a lo esperado”, y anunciaron el llamado a elecciones de autoridades, que se llevarán a cabo en mayo.

El 31 de diciembre de 2015 la administración del colegio y liceo José Pedro Varela anunció que atravesaba una crisis económica que implicaba el envío a seguro de paro de 430 trabajadores, de los cuales 70% no podía acceder al beneficio porque tenía otro empleo. El abogado de la institución en ese entonces, Mario Moll, sostenía que los problemas derivaban de una desproporción entre la cantidad de trabajadores y la cantidad de alumnos. Un “superpoblamiento de trabajadores”, resumió, al tiempo que aseguró que 80% del presupuesto de la institución iba a parar a los salarios.

Unos días más tarde, la dirección del colegio anunció el cierre de la institución. Se aspiraba a acceder a una serie de créditos, pero las gestiones no tuvieron éxito. Ante esto, en una asamblea en la que participó un centenar de padres, una comisión presentó un proyecto que apuntaba a una reestructura del colegio que incluía, entre otros puntos, la reducción de salarios de los cargos directivos del colegio, el aporte de recursos por parte de los propios padres y la postergación del pago de un crédito contraído. También plantearon un seguro de paro rotativo de hasta 12 meses para los funcionarios excedentes, la obtención de efectivo mediante préstamos de particulares, la venta o hipoteca de inmuebles, y el cese del alquiler de uno de los edificios utilizados por la sede de Ciudad de la Costa.

Los padres cuestionaron la posibilidad de que la institución pasara a concurso, porque entendían que no era “necesario”, y además era “inconveniente” para detener la corrida de alumnos que se había iniciado en diciembre. Además, su propuesta implicaba necesariamente el ingreso de una representación de estos en el órgano directivo del colegio.

Fue así que un día como hoy, pero hace dos años, la comisión directiva presentó la renuncia y la SUE, con apenas tres abstenciones entre los más de 90 votantes, definió que el Varela reabriría sus puertas el 1º de febrero de 2016, con una comisión directiva de tres miembros para esa nueva etapa. Cuando el 7 de marzo comenzaron las clases, el colegio había perdido unos 200 estudiantes respecto de 2015, con una matrícula de 850, aunque se esperaba una baja mayor.

Un año después, a pesar de que no era esa la intención inicial, anunciaron el cierre de la sucursal de Ciudad de la Costa, ya que se habían inscripto pocos alumnos en primaria; eran sólo 40 niños, por lo que los directivos consideraron un “despropósito” mantener el local abierto.

Al día de hoy

En la conferencia de prensa de ayer, el presidente del consejo directivo, Carlos Pouso, dijo que la institución está “de celebración” por lo alcanzado desde el anuncio de quiebre. Comentó que “no fue un camino de rosas” y que, “con dificultades”, todo lo alcanzado respondía a “esfuerzos de padres, alumnos, ex alumnos y funcionarios”. La clave, aseguró, fue la “cristalinidad” y el “trabajo en conjunto”, así como el hecho de que “padres y funcionarios manejaran la misma información que la SUE y el consejo directivo”.

Pouso sostuvo que los objetivos de “mantener la calidad y el nivel educativo” de la institución fueron “absolutamente satisfechos”, y que se cumplió con “honrar los créditos laborales que en diferentes reestructuras figuraban como reducciones horarias y desvinculaciones”.

Respecto del presente, dijo que para este año “se estabilizó” la matrícula: “Es algo razonable, tuvimos un pequeño aumento y era natural que fuera así”, afirmó.

En mayo, después de dos años, se llevará a cabo la renovación de autoridades hasta 2020. El actual consejo directivo aspira a contar con la inclusión de una representación de alumnos de bachillerato. “Precisamos sangre nueva, gente joven con miradas diferentes para profesionalizar nuestro modelo pedagógico”, afirmó.

“Problema de fondo”

A fines de marzo de 2017, los docentes del colegio y liceo José Pedro Varela resolvieron parar, debido a que había deudas en el pago de salarios, despidos y salarios vacacionales. Sostenían que habían sido flexibles y que habían tratado de encontrar una solución, pero que “se trataba de una empresa, no de una cooperativa”. “El directorio no ha resuelto la crisis; por el contrario, la ha profundizado. Ya se cruzó la línea roja”, afirmó el responsable de la secretaría de Asuntos Laborales del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Enseñanza Privada, Sergio Sommaruga. Finalmente, la semana pasada se concretó el pago de indemnizaciones por despido, así como el resto de sus créditos laborales. El sindicalista explicó que 70% del dinero adeudado se pagó al contado, mientras que el 30% restante “se va a discutir este año, en un plan de pago que se ejecutará en 2019”. Sommaruga sostuvo que se destruyeron más de 200 puestos de trabajo en estos últimos años, pero también consideró que la institución llegó a “un estado de estabilización”. “Este año las inscripciones subieron, y es el año en que la matrícula ha descendido menos, por lo que podemos visualizar un escenario de recuperación”, agregó. “En 2015 estábamos en la funeraria, después pasamos al CTI y ahora estamos en cuidados intermedios. Sigue siendo un paciente en una situación delicada”, describió.

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