Argentina involucrará a la Asociación para el Control de Drogas estadounidense (DEA, por su sigla en inglés) en el combate al tráfico de drogas en la triple frontera que comparte con Brasil y Paraguay, aunque la principal preocupación de los estadounidenses es la actividad del grupo libanés Hezbolá en esa zona. La decisión fue criticada por organizaciones civiles, que recuerdan que se han presentado denuncias de violaciones a los derechos humanos cometidas por los agentes de la DEA en distintos contextos y aseguran que esto es una muestra de “la intención colonizadora y de sometimiento” de Estados Unidos.

Casi 100 organizaciones defensoras de los derechos humanos en Argentina firmaron una declaración pública en la que rechazan la creación de un grupo de fuerzas especiales con presencia de la agencia antidrogas de Estados Unidos, la DEA, en Posadas, una ciudad de la provincia de Misiones. La mayoría de las organizaciones son de esa provincia, pero también figura el respaldo de otras del resto del país y de referentes de los derechos humanos, como Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora.

Hay “sobrada evidencia en el mundo de la violación a los derechos humanos que estos efectivos realizan contra las poblaciones locales, amparados en distintas formas de inmunidad diplomática”, indica el comunicado. Allí también se advierte que con la excusa de enfrentar el narcotráfico, la DEA representa “la intención colonizadora y de sometimiento” de Estados Unidos. “No admitimos la penetración militar del imperio en la región”, agrega. Por último, pide al ministro de gobierno de la provincia, Marcelo Pérez, que reclame “la suspensión inmediata de todo tipo de acuerdos y compromisos que faciliten la injerencia de estas fuerzas en Misiones”.

El comunicado refiere a un acuerdo que alcanzó la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, durante una visita a Washington, la semana pasada. Allí el gobierno argentino y la DEA pactaron conformar una fuerza especial para Misiones, en los alrededores de la triple frontera de Argentina, Brasil y Paraguay.

Bullrich anunció que esta fuerza estará integrada por policías federales y provinciales, así como por agentes de la DEA, y mencionó como ejemplo una fuerza especial con la misma integración que ya está en funcionamiento en Salta, algo que, según la prensa argentina, había pasado desapercibido. El acuerdo con la DEA implica que la agencia les brinde a las fuerzas locales “más analistas que ayuden a analizar de dónde viene la droga” que se trafica en la triple frontera. Brasil y Paraguay no se pronunciaron acerca del anuncio de Bullrich.

La preocupación de Argentina en la zona está concentrada en el narcotráfico, pero a Estados Unidos también le interesa “el tema terrorismo” y, en particular, la presencia en la zona del grupo libanés Hezbolá, manifestó a la agencia de noticias estatal Télam el secretario de Seguridad Interior de Argentina, Gerardo Milman. En el mismo viaje Bullrich firmó un acuerdo de cooperación con el FBI para la capacitación de agentes de la Policía Federal.

Acerca de los controles en la triple frontera, Bullrich dijo que una vez que esta fuerza especial esté operativa, el siguiente paso es crear “un centro de análisis con Paraguay y Brasil” para saber “quiénes, dónde y cómo operan” los que venden cada una de las drogas y “cuáles son las vinculaciones con el narcotráfico”. Especialistas en materia de seguridad y de narcotráfico pusieron en duda la efectividad que puede tener la creación de una fuerza especial en la triple frontera, entre otras cosas, por la cantidad de kilómetros a monitorear y por la falta de indicios de que la droga entre por esa ciudad y no por el puerto de Buenos Aires o por aeropuertos privados.

El gobierno de Misiones respaldó el acuerdo firmado por el gobierno argentino, aunque disminuyó las atribuciones que tendrá la DEA: “La DEA no actuará en Misiones, porque no corresponde, sino que formará a un grupo selecto” de funcionarios argentinos, aseguró el ministro de gobierno de Misiones.

En declaraciones a distintos medios de la provincia, Pérez dijo que el objetivo de las autoridades es que, con esta preparación, esa fuerza especial de seguridad pueda generar una inteligencia dirigida a conocer las organizaciones que están detrás del tráfico de drogas. Agregó que la DEA formará a un grupo de agentes y luego elegirá a los 20 mejores –diez de la policía provincial y otro tanto de las fuerzas federales– para que integren la fuerza especial.

La DEA ya tiene presencia en la triple frontera, algo de lo que no hay mucha información oficial pero sí indicios, como el involucramiento de sus agentes en arrestos o en operaciones en las que se ha incautado droga.