Las autoridades de UTU esperan que en 2018 continúe la tendencia de aumento en la matrícula estudiantil que se ha registrado en la institución desde hace algunos años. En 2017 hubo 96.000 estudiantes que cursaron alguna de las propuestas formales que ofrece la institución, a lo que deben sumarse los 4.500 que recibieron capacitaciones laborales específicas. Si se consolida el 4% de crecimiento anual, este año la cifra superará los 100.000 y se llegará a una cifra récord de matrícula, explicó a la diaria el integrante del Consejo de Educación Técnico Profesional Miguel Venturiello.

Según el consejero, este aumento se debe, en primer lugar, a que la sociedad uruguaya dejó de ver la oferta educativa de UTU como una “enseñanza de segunda”. Venturiello dijo que esto en parte tiene que ver con que desde la institución se ofrece educación técnico-tecnológica, y el desarrollo de tecnología ha impactado en el mercado de trabajo, lo que hace que cada vez más personas, principalmente los jóvenes, se vean atraídos por ese tipo de formación. Pero consideró que también hay motivos inherentes a la interna de UTU, como la apuesta a “planes flexibles y adaptables a la sociedad”.

Un ejemplo es la Formación Profesional Básica (FPB), que, en palabras de Venturiello, “ha tenido una explosión creciente y seguirá teniéndola”. El plan apunta a reintegrar al sistema a jóvenes que no culminaron el ciclo básico, “pero no para sentarse a escuchar en 12 materias, que fue lo que los hizo abandonar; el taller es la esencialidad, con transversales que funcionan en el espacio áulico de taller”, ilustró. Además, el consejero mencionó el caso de los Centros Educativos Comunitarios, “ubicados en contextos muy críticos, donde el plan es flexible: el problema no es la inasistencia, se trabaja en base a proyectos, y ha sido de un enganche brutal”. También nombró al programa Rumbo, que está dirigido a trabajadores que abandonaron sus estudios y quieren terminar el ciclo básico, y los recientemente creados Centros Educativos Asociados.

Venturiello también señaló que otro motivo para el aumento de la matrícula es que ahora quienes egresan de sexto de escuela se preinscriben en una propuesta de educación media por la plataforma Gurí, en la que UTU aparece como una opción, igual que secundaria. Según detalló el consejero, previo a la instrumentación de este sistema digital se inscribían unos 6.000 estudiantes, y a partir del cambio se pasó a 9.000 –lo que implica un crecimiento de 50%– y se prevé que en 2018 se llegue a 13.000 inscriptos. Otro de los factores que explican el crecimiento de la matrícula es el aumento de estudiantes y de la oferta de educación terciaria de UTU: “En 2005 teníamos 1.800 estudiantes, y vamos a terminar el quinquenio con 13.000; teníamos 18 carreras y ahora tenemos 76 ofertas distintas.

Recursos

No obstante, Venturiello consideró que, pese a que hay una mayor demanda para cursar en UTU, la institución “no está bien apoyada” desde el punto de vista presupuestal. “Todavía no se visualiza este cambio, que tiene que tener más recursos económicos para la construcción de espacios áulicos, sin entrar en el tema salarial que es general de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP). Tampoco ha sido acompañado en cuanto a la inversión en estructuras concretas como talleres con tecnologías. En materia presupuestal estamos con la línea de base que tenemos”, lamentó.

Venturiello afirmó que se debe seguir insistiendo “con mucho diálogo político” para obtener más recursos para la educación, pero dijo que también “hay que hacer mucha conversación interna a nivel de la ANEP”. El consejero evaluó que “hace años que en Uruguay no hay crecimiento demográfico”, y que, por el contrario, lo que hubo es un corrimiento de estudiantes de secundaria a UTU, ya que la matrícula “crece en uno y hay menos alumnos en el otro”. “Entonces, también hay que administrar los recursos internamente; capaz que con Secundaria ese diálogo tiene que estar mejor organizado. Si se corren jóvenes, tiene que correrse el apoyo económico de los recursos con los que se cuenta”. En este sentido, un camino por el que ha optado el CETP es el de hacer alianzas con otras instituciones para obtener recursos, como el caso del Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional.

Por ejemplo, una de las líneas que deben ser profundizadas es la del seguimiento y apoyo a los estudiantes para mejorar las cifras de permanencia y egreso. Venturiello explicó que por año se reciben unas 8.000 personas, lo que significa 25% en relación con quienes ingresan. Aunque el consejero considera que no existe un único motivo de desvinculación, señaló que una causa importante es que muchos estudiantes encuentran una buena y rápida inserción laboral en el campo en el que estudian, que no pueden acompasar con las rígidas exigencias de la institución educativa para continuar con los estudios.

En esta línea, uno de los proyectos que desarrollará UTU en el transcurso de 2018 se llama “educación en el trabajo” y apunta a que su práctica profesional “pase a ser el taller de práctica” de su formación. Venturiello explicó que este modelo se inspira en experiencias similares en otras partes del mundo y consiste en que el estudiante pueda acreditar lo que haga en su trabajo y tenga que ver con lo que esté estudiando. “Es una transformación profunda, que implica adecuar al docente para acompañar la propuesta. Hemos hecho algún piloto y ha dado buenos resultados”, detalló.

Otros proyectos que serán prioritarios para UTU en 2018 son la formación a unos 3.000 estudiantes en el uso de la plataforma Cisco y otro por el que se buscará generar nuevas ofertas de formación en el área en la que se desempeña UPM, para lo que UTU está entablando un proceso de diálogo con la empresa.