Explicar el cryptojacking, la cryptocurrency y toda esta nueva terminología anglosajona que involucra a las monedas virtuales es una cuestión compleja. La síntesis sería que a varios individuos en el mundo les interesa minar internet de moneda virtual –porque a fin de cuentas es una moneda– y para ello necesitan mucha energía, que es robada de las computadoras infectadas por un programa informático malicioso.

Este método en principio parecería inocente: enlentecer una computadora individual es irritante para la persona y necesita una solución; pero la cuestión se vuelve una emergencia cuando se sobrecarga una red operacional que monitorea y controla el agua en Europa. Eso fue lo que ocurrió la semana pasada, según la empresa de seguridad Radiflow. Se trata del primer caso conocido de minería de criptomonedas en un sistema de control industrial y, aunque no se anunció qué empresa sufrió el ataque ni la gravedad que representó, se sabe que este tipo de acciones puede pausar o incluso destruir el manejo que se tiene sobre la red.

El peligro de la minería no autorizada de criptomonedas es el de la saturación de sistemas cruciales. Como malware inteligente, sabe detectar y deshabilitar la seguridad que se cruce para robar energía de los procesadores de las computadoras con un fin puramente económico.