Primero grabaron un auspicioso EP, publicado en 2015 bajo el nombre de la banda, con cinco canciones. Una de ellas, “A través del humo”, un instrumental con notable influencia de Ennio Morricone, que integró la banda sonora de la serie Guía 19.172 (desmorrugando la ley), protagonizada por su cantante y guitarrista, Matías Singer. A mediados del año pasado, subieron a la red El Sonido Bendito de Los Nuevos Creyentes, su primer disco, que será editado en vinilo en las próximas semanas por Little Butterfly con el apoyo de Rastrillo Récords de Argentina. Un álbum que en ningún momento pensaron bajar de las nubes al cd, pero que desde siempre tuvieron en mente publicar en ese formato. “La escucha implica un ritual, el arte es más grande y el sonido es más fidedigno. Si tenés un equipo viejo como el Grundig que heredé de mi padre, el sonido sale mucho más para afuera. Es como si estuviesen tocando al lado tuyo. Eso es fundamental porque lo que más le importa a la banda es el sonido de cada instrumento. Tengo pila de compactos pero ya no los escucho; además la música que nos gusta está toda en vinilo”, dice Singer.

Este disco refleja el universo musical de la banda, en el que por momentos las guitarras ondulantes de Singer y Zelmar Borrás recuerdan a Television, mientras que el teclado Farfisa de Santiago Bogacz (también reconocido por su proyecto Matador) le da el acento lisérgico que insinúa desde las bases el baterista Diego Prestes junto al bajista Rodrigo Gils. Los estilos que confluyen en el disco hablan de una banda con cierta curiosidad por experimentar y reflejan influencias de grupos como los californianos The Seeds, aquellos precursores del rock de garaje. Singer se reconoce como un nerd de la música que investiga sonidos lejanos en las redes. De los cercanos hay poco. Se torna difícil encontrar links a otras bandas uruguayas, salvo quizás con Chicos Eléctricos, un vínculo que Singer admite y tiene su correlato en Reyes Estallar, la banda que comparte con Nico Barcia, vocalista y guitarrista de aquel grupo. La influencia más clara está en “La hija del terror”, que según Singer, puede ser descendiente de aquella “Buchona” a la que cantaba Chicos Eléctricos: “Son minas salvajes. A mí me enamoran pero también me intimidan. A Nico le robo pila de cosas”. Más allá de esa referencia concreta, el sonido del grupo se distingue por la expresividad de su música, que suele desarrollar introducciones más extensas que lo usual por estos lares y temas instrumentales como “Palabras de un misionero” y “Licencia para resucitar”, con un sonido que jinetea hacia el trance.

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Cowboys del espacio Además del lugar que brinda a lo instrumental, el grupo cuenta con letras que tienen tanto de introspección y años de terapia (“la pregunta es la respuesta en sí”, de “Espectro”), como de redención, desamor y pensamientos sórdidos a los que les soltaron la cuerda. También hay mucho de mística: desde el nombre de la banda hasta el simple navideño “Derramaré una lluvia de rosas”, una versión de la canción a Santa Teresita del Niño Jesús, que subieron a la red a fines del año pasado. Durante sus recitales suelen recurrir al cancionero religioso sin afán paródico y, en ese sentido, Singer compara el componente espiritual de tener una banda con algo parecido a integrar una secta. “Ir a ensayar es como asistir al templo a encontrarse con los integrantes de la secta que creen en algo. ¿Cuál es el fin existencial de tener una banda? Es lindo, es divertido, pero no es muy explicable. Hacer plata seguro que no”, comenta.

Otro de los asuntos que atrae su atención es la posibilidad de que exista vida fuera del planeta Tierra. En este disco hay un tema llamado “En la nave”, antes hizo un álbum titulado Ovni, que circuló entre sus amigos, y tuvo una banda llamada Matías Cantante y Los Extraterrestres. Su interés proviene de cierta experiencia que vivió años atrás: “Una vez en Valizas vi una esfera salir del agua y desapareció en el cielo. Luego traté de interiorizarme en esos fenómenos y al poco tiempo fui a una charla de alguien a quien no le creí mucho, entonces me desalentó, si no hubiese seguido investigando. Sentí que no daba buscarlo así porque venía de esa frustración. Soy de creer que acá hay seres transparentes invisibles estudiándonos. Confío más en eso que en que Trump sea un reptiliano”. Aun así juega con las teorías conspirativas aludiendo al Nuevo Orden Mundial al titular una canción “NOM”, aunque esta vez hable de volver con una pareja anterior en otra época de la vida a sabiendas de que este regreso se da en un mundo que no es el de antes.

Tampoco será la misma historia de aquí en más para una banda que creció en este último tiempo tanto en la consideración de la crítica como de sus colegas, recibiendo comentarios positivos de músicos con propuestas estéticas tan disímiles como Sebastián Teysera y Marcos Motosierra. Son días de mucho movimiento para la banda, que está por grabar un par de temas para un split con Matías Cena, de Chile, que quieren editar en 7”, y en mayo tocarán por primera vez en Buenos Aires con motivo del cumpleaños de Rastrillo Récords. Antes se presentarán el 10 de marzo en Bluzz Live junto a Vincent Vega en otra escena de esta película donde un forastero llega amanecido al bar en medio del desierto, con la boca reseca, y pide aguardiente mientras relojea a la esposa del sheriff y sólo aquieta la mirada en un punto fijo para alucinar nuevos espejismos.

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