Los tres partidos soberanistas catalanes aprobaron ayer una resolución en la que se denuncia la “destitución ilegal e ilegítima” del ex presidente de Cataluña Carles Puigdemont y se avala el “referéndum de autodeterminación”, declarado inconstitucional por la Justicia española, con el que el 1º de octubre se votó a favor de la independencia.

La resolución fue acordada por Junts per Catalunya, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Candidatura de Unidad Popular (CUP). El texto propuesto inicialmente por esta última organización era más duro y pedía “reafirmar” la declaración de independencia del 27 de octubre, que derivó en la intervención de Cataluña por parte de Madrid y la destitución del gobierno de Puigdemont. En cambio, la resolución aprobada ayer pide al gobierno de España que “cese las injerencias” con las que, mediante el sistema judicial, impide, según afirma, que se materialice la voluntad “legítimamente expresada en el referéndum de autodeterminación de Cataluña del 1º de octubre”. Además, el texto denuncia “la deriva autoritaria del Estado español, la vulneración de derechos, la no separación de poderes y la existencia de presos políticos y exiliados”.

El partido opositor con más representación parlamentaria, Ciudadanos, anunció que presentará un recurso ante el Tribunal Constitucional contra esa resolución.

La aprobación de ese texto se interpretaba como un gesto hacia Puigdemont, que no puede asumir la presidencia porque está en Bélgica y es requerido por la Justicia en España. Tal como se esperaba, horas después de la votación Puigdemont renunció a su candidatura a presidente de Cataluña y propuso que su lugar sea ocupado por Jordi Sànchez, presidente de la bancada de Junts per Catalunya, que está en prisión preventiva acusado de rebelión y sedición. “Sànchez es el número dos de nuestra lista, representa como nadie los valores de Junts per Catalunya y es un hombre de paz”, dijo Puigdemont en un video difundido en las redes sociales.