No alcanza con que los agoreros proclamen que el final está cerca. Ahora Cinemateca, una institución que creíamos eterna por su capacidad de sobrevivir en condiciones económicas desfavorables (cuando no inexistentes), nos presentó este jueves “el último” de sus famosos festivales de cine, que se extenderá hasta el 7 de abril. ¿Será hora entonces de poner nuestros asuntos en orden y despedirnos de los seres queridos?

Poner los asuntos en orden nunca está de más, pero los informes acerca de la muerte del festival fueron exagerados. Al menos eso afirma María José Santacreu, directora de Cinemateca y una de las coordinadoras del evento. Continuando el enfoque religioso y “escatológico” que tanto dio que hablar desde el mural sobre 18 de Julio, la propuesta de “despedirse de los viejos templos” refiere a que, si todo va bien, el festival de 2019 se realizará en un nuevo espacio, donde se encontraba el Mercado Central, dejandoo atrás las tradicionales salas de Lorenzo Carnelli y de nuestra principal avenida. Faltará ese “olor a aceite” que tanta nostalgia le produce a Santacreu, pero se ganará en comodidades y en calidad de imagen y sonido.

Tanto allí, como en las clásicas salas que se despiden este año, el objetivo es el mismo: en un mundo en el que el público tiene mayor acceso a la producción del séptimo arte, Cinemateca se siente en la obligación de dar su opinión acerca de lo que “es” el cine en este momento de la historia y lo hará con la ayuda de una selección de unas 200 obras, entre películas y cortometrajes.

Por su programación han pasado las primeras películas de muchos directores que luego fueron celebrados por la crítica y el público, y en los organizadores queda la satisfacción de haber sido los responsables de darlos a conocer al público uruguayo.

Para no perderse

Las películas y los cortos del 36º Festival Cinematográfico Internacional del Uruguay (tal es su nombre completo) estarán en todas estas salas: Cinemateca 18, sala Cinemateca, sala 2, Cinemateca Pocitos, Cine Universitario, sala B del Auditorio Nelly Goitiño, sala Zitarrosa, Tractatus y la sala Tomás Berreta del MTOP. Es altamente recomendable estudiar hasta de canto el programa, que puede descargarse o consultarse online en la página de Cinemateca, cinemateca.org.uy, o googleando “cinemateca” y haciendo clic en el primer resultado.

Desde el “discurso de apertura”, la asociación se planta fuerte en contra de aquellas expresiones que en la actualidad aparecen como hegemónicas ante los ojos del espectador, como las películas basadas en cómics.

Santacreu recuerda que hace un tiempo esta forma de entretenimiento estaba mal vista, y los lectores de historietas buscaban reivindicarla. Según ella, se dio aquello de Mi pobre angelito, aquel niño que ve cumplido su deseo de quedarse solo en la casa y descubre que no era color de rosa como lo soñaba. El cine actual no puede pasar solamente por el último estreno de Marvel Studios. Es por ello que el festival busca “traer el cine que queremos ver y que sea visto en nuestro país”, algo que, al mismo tiempo, es “una expresión de deseo” y “una crítica, un norte, una toma de conciencia, un tratamiento de shock”.

“Es el momento en que vemos un cine que desafía lo acostumbrado, que nos saca de las arenas movedizas en las que nos mantiene convenientemente semisumergidos el cine industrial y, más recientemente, las series de televisión”. De esta manera se alían con Lucrecia Martel, quien considera que las ficciones televisivas nos “condenan” a una única manera de contar historias que recuerda a la novela del siglo XIX.

Claro que los tiempos cambian, y muestra de ello es el alto porcentaje de películas dirigidas por mujeres, alrededor de un tercio. Esto no se debió a una discriminación positiva, ya que no fue necesaria, a diferencia de lo que ocurría en ediciones anteriores donde tenían su propio espacio. Santacreu ha visto cómo esa cifra ha ido aumentando con el correr de los años, además de la cantidad de mujeres que se inscriben en carreras relacionadas con el cine, y bromea con que quizás, en un futuro, sea necesaria la discriminación positiva para exhibir películas dirigidas por hombres.

Dentro de Cinemateca, dicho sea de paso, el número de mujeres en algunos roles es muy importante. Según su directora, se debe a que están más dispuestas a realizar tareas honorarias, y luego son las primeras personas a las que se recurre para otros puestos.

El festival tendrá seis secciones en competencia (Largometrajes Internacionales, Largometrajes Iberoamericanos, Nuevos Realizadores, Cine de Derechos Humanos, Cortometrajes Internacionales y Cortometrajes Uruguayos). La razón de que haya un jurado y de que exista un concurso, en este y otros festivales similares, tiene muchas veces un fondo económico. Hay un tipo de película “de festival”, cuyos responsables eligen en qué sitios presentarse. Una muestra sin competencia es menos atractiva que una competencia, que puede significar un premio que ostentar y permitir que el filme siga circulando.

Dos recomendaciones para este finde

La directora del festival, Alejandra Trelles, nos dio algunas pistas para movernos entre tanto filme.

»» La brasileña Plaza París (2017), decimotercer trabajo de Lúcia Murat. Allí conoceremos a Gloria, una habitante de la favela de Providencia, quien se libra de su padre abusivo para caer en manos de su hermano narcotraficante. Ella establecerá un vínculo con Camila, una joven psicoanalista portuguesa, y las experiencias de ambas nos permitirán descifrar (o al menos intentarlo) la contradictoria y paranoica ciudad de Río de Janeiro, con su racismo y violencia estructural. Podrá verse mañana a las 18.00 en la sala Lumière y el lunes a las 16.45 en la sala Tomás Berreta del MTOP.

»» La segunda recomendación es la suiza Diario de mi mente (2017), dirigida por Ursula Meier. Guilherme de Alencar Pinto escribió el jueves en la diaria sobre esta obra: “Está basada en el hecho real de un joven que, sin motivo aparente, mató a sus padres, se entregó a la policía, pero envió un detallado relato de ello a su profesora de literatura, que venía estimulando a sus alumnos a expresar sus sentires personales. Eso pone a la profesora en la incómoda situación de mentora del gurí psicópata”. Si bien afirma que “el inicio es intrigante y está tremendamente bien montado”, cree que la cosa no avanza. Y rescata la actuación de Fanny Ardant, que “oscila, como casi siempre, entre su modo ‘hada madrina’ y su otro modo de ‘señora afectada por noble sufrimiento’. Y, claro, se nos cae la baba con el sistema carcelario suizo”. También va mañana pero a las 19.30 en Cinemateca 18 y el viernes 6 de abril a las 16:45 en la sala Tomás Berreta del MTOP.

.