Con todos los sondeos de intención de voto a su favor desde hace meses, López Obrador da por seguro su triunfo en las elecciones mexicanas que se celebrarán el 1º de julio. Por eso, el domingo adelantó que una de las primeras cosas que hará cuando se reúna con Peña Nieto el día después de su victoria electoral será pedirle que suspenda la entrega de todos los contratos petroleros y del sector energético a empresas privadas.

La solicitud viene a cuento porque el actual gobierno mexicano tiene planeado organizar licitaciones para adjudicar contratos o licencias para la exploración y explotación de hidrocarburos en lo que resta del año, y aseguró que los planes no se detendrán después de las elecciones, sin importar quién gane. Esto se produce en el marco de una reforma energética aprobada en 2013, que abrió ese sector, que estaba reservado al Estado, con el objetivo de hacer repuntar la producción de crudo y gas.

El domingo, después de participar en un homenaje al ex presidente Lázaro Cárdenas en el aniversario de la expropiación petrolera por parte del Estado, en 1938, López Obrador dijo que su idea es “revisar” los contratos que el país firmó en el área del petróleo para comprobar que no fueron producto de la corrupción. “No queremos contratos como los de Odebrecht”, explicó.

Además, prometió que México dejará de comprar nafta en el extranjero de acá a tres años, “porque se van a rehabilitar las seis refinerías existentes y se van a construir dos grandes refinerías” más, una decisión que a la vez creará nuevos puestos de trabajo. A esto se suma la propuesta de que el país deje de vender crudo al extranjero para utilizarlo dentro de fronteras y reducir el precio de los combustibles.

López Obrador registró oficialmente su candidatura el viernes. “Tengo una legítima ambición: quiero pasar a la historia como uno de los mejores presidentes de México”, dijo después de hacer el trámite. El dirigente representa a la coalición integrada por su Movimiento de Regeneración Nacional, el Partido del Trabajo y Encuentro Social.

Junto a él quedaron oficializados tres candidatos más. Al frente de la coalición Todos por México –formada por el gobernante Partido Revolucionario Institucional, el Partido Verde Ecologista de México y Nueva Alianza– quedó José Antonio Meade. En tanto, Ricardo Anaya encabeza la coalición Por México al Frente, que reúne al Partido de Acción Nacional, el Partido de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano. La cuarta candidata es la ex primera dama Margarita Zavala, que se convirtió en la primera aspirante independiente a la presidencia en la historia del país, gracias a que la posibilidad de postularse por fuera de los partidos fue incluida en la reforma constitucional de 2014.

La campaña presidencial comenzará el viernes 30 y se desarrollará hasta el 27 de junio, cuatro días antes de que los mexicanos acudan a las urnas para elegir al futuro presidente y a quienes ocuparán otros 3.400 cargos públicos en 30 de los 32 estados del país.