El primer vicepresidente de Perú, Martín Vizcarra, regresaba a Lima en la madrugada de hoy para asumir la presidencia, tal como establece la Constitución, horas después de la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski. Hasta ayer, Vizcarra se encontraba en Canadá, donde se desempeñaba como embajador de Perú.

En su cuenta en Twitter, Vizcarra dijo el miércoles que se sentía “indignado por la situación actual, como la mayoría de los peruanos”. Se refería a la difusión de los audios y videos que revelaron el intento de compra de votos de legisladores opositores para impedir la destitución de Kuczynski, que iba a votarse ayer en el Congreso. “Pero tengo la convicción de que juntos demostraremos una vez más que podemos salir adelante”, agregó el futuro presidente peruano, que se puso “a disposición del país”.

Para evitar un “vacío legal”, el Congreso resolvió empezar el debate sobre la renuncia de Kuczynski ayer de tarde y finalizarla en la mañana de hoy, con Vizcarra ya en el país, explicó el titular del órgano legislativo, Luis Galarreta. Una vez terminada la votación, los legisladores tomarán el juramento al nuevo presidente peruano.

Vizcarra tiene 54 años, es ingeniero civil y tiene en su haber una carrera política que si bien empezó a gestarse en 2006, agarró impulso en 2010, cuando fue elegido gobernador de la región de Moquegua –al sur del país– con el movimiento Integración Regional por Ti. Su gestión se destacó especialmente en el campo educativo porque logró, por tres años consecutivos, que los colegios de la región se ubicaran en el primer lugar en la Evaluación Censal de Estudiantes realizada por el Ministerio de Educación.

También fue reconocido por sus exitosas negociaciones con las mineras durante el gobierno de Ollanta Humala, al lograr que aportaran casi 340 millones de dólares como contribuciones o regalías.

La acumulación de méritos llevó a que Kuczynski lo eligiera como su compañero de fórmula para las elecciones de 2016. Al asumir el nuevo gobierno, Vizcarra fue designado ministro de Transportes y Comunicación, una gestión que estuvo atravesada por la polémica en torno al proyecto de la construcción del Aeropuerto Internacional de Chinchero. La Procuraduría Anticorrupción presentó una denuncia contra Vizcarra por supuestas irregularidades en uno de los documentos firmados por el Estado para la realización de la obra.

Estos cuestionamientos le valieron a Vizcarra la renuncia a su cargo. Unas semanas después, en setiembre de 2017, asumió como el nuevo embajador de Perú en Canadá. La investigación por el caso siguió su curso hasta la semana pasada, cuando la Fiscalía decidió archivarla alegando que el funcionario “no cometió ilícito” y que “se sujetó al accionar que requirió su cartera”.

La dimisión de Kuczynski no fue la única consecuencia del escándalo de los videos. El mismo miércoles, Galarreta presentó una denuncia ante el fiscal general, Pablo Sánchez, contra todos los funcionarios, ministros y legisladores que fueron grabados ofreciendo obras y otros beneficios a cambio de votos contra la destitución del presidente. Entre ellos, se encuentran la actual primera ministra, Mercedes Aráoz, y el congresista Kenji Fujimori, que lideró el intento de compra de apoyo. Además, Galarreta anunció que presentaría denuncias contra Carlos Bruce, actual ministro de Vivienda, Construcción y Saneamiento, y los legisladores Bienvenido Ramírez y Guillermo Bocángel, aliados de Kenji.

En tanto, el equipo especial anticorrupción de la Fiscalía de Perú solicitó ayer la prohibición de la salida del país de Kuczynski ante el Juzgado de Investigación Preparatoria Nacional, que finalmente decidió dejar la resolución para cuando su renuncia sea aceptada oficialmente.

El pedido de la Fiscalía podría estar relacionado con el hecho de que la esposa de Kuczynski, la estadounidense Nancy Lange, viajó a Estados Unidos la semana pasada y hasta ayer no había retornado a Perú, según informaron medios peruanos, entre ellos Canal N.