El Partido Republicano de Brasil (PRB) sumó ayer a sus filas a Flávio Rocha, un empresario brasileño que es dueño del grupo textil Guararapes y de la cadena de tiendas Riachuelo, que tiene casi 300 locales en los 27 estados del país. Rocha, de 60 años, se afilió al partido para ser su candidato a la presidencia en las elecciones del 7 de octubre.

El empresario, vinculado con el conservador Movimiento Brasil Libre, había sido buscado por varios partidos e incluso recibió ofertas para que su nombre fuera manejado como compañero de fórmula de otros candidatos, como el diputado y ex militar Jair Bolsonaro, el presidente de la Cámara de Diputados Rodrigo Maia o el actual presidente, Michel Temer.

Pero el PRB, que cuenta entre sus dirigentes con varios pastores evangélicos que se tomaron licencia en esa actividad para dedicarse a la política, era el único que le garantizaba a Rocha encabezar la fórmula. La condición es que él aporte la mayor parte de los recursos necesarios para la campaña presidencial y también para que sus ahora compañeros de partido compitan por bancas en el Congreso.

Para incorporarse a la política, Rocha entregará la dirección de su grupo empresarial a fines de abril. Al igual que otros integrantes del PRB, el empresario se identifica como evangélico. Es parte activa de la comunidad de la Iglesia Sara Nuestra Tierra y se define como un defensor de principios conservadores, como la “valoración de la familia tradicional”, el rechazo al matrimonio entre personas del mismo sexo y la promoción de una “línea dura” para la seguridad pública. Además, en el acto en el que se afilió al PRB, también se declaró un “liberal convencido” defensor de un Estado mínimo que “debe limitarse a sus funciones básicas”.

Pese a tener su propio candidato presidencial, el PRB manifestó su voluntad de mantener su apoyo parlamentario al gobierno mientras no se le exija a los partidos que integran esa base aliada que respalden la candidatura de algún dirigente oficialista.