Las tareas de cuidado, históricamente no remuneradas, empiezan a visibilizarse. Esto conlleva su reconocimiento. Hoy a las 10.00, 400 personas que completaron la formación en atención a la dependencia recibirán los certificados que acreditan su habilitación para trabajar como cuidadoras en un evento que llevará a cabo el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop) y los ministerios de Desarrollo Social y Educación y Cultura en el Auditorio Nacional del SODRE.

Los egresados –quienes en su mayoría ya se encuentran desempeñando tareas en el área– se integrarán al Registro Nacional de Cuidados para trabajar con personas en situación de dependencia, sea como asistentes personales o en instituciones que atienden a esta población: centros de día y de larga estadía, entre otros.

La formación, que tuvo una carga horaria de 152 horas, abarcó el cuidado de las personas en situación de dependencia desde una concepción integral, con enfoque de derechos humanos y perspectiva de género, profundizando en las tareas y los cometidos de las personas que cuidan, así como sobre los derechos, deberes y obligaciones, tanto de los cuidadores como de sus empleadores, y brindando herramientas para promover el ocio entre las personas dependientes. Además de los cursos específicos, la formación contempló cursos de nivelación, la elaboración de un proyecto ocupacional y prácticas formativas.

El secretario nacional de Cuidados, Julio Bango, dijo que con este paso se está cumpliendo con aspectos “clave” del Sistema Nacional de Cuidados que muchas veces pasan desapercibidos. “Por un lado, el hecho de profesionalizar una tarea –en este caso con gran responsabilidad social– es también dignificarla, y reconocer el papel que cumplen estas personas en la sociedad da un valor extra para las que cuidan y las que son cuidadas. Por otro, la profesionalización es calidad, es la base para poder acceder a derechos en condiciones de igualdad. Esto es un tema determinante para que no haya diferencia entre servicios de primera, de segunda y de tercera”, explicó.

Con los 400 que se gradúan hoy, ya son 1.439 los capacitados por el Inefop: 836 con el curso finalizado y 600 en diferentes etapas del proceso. El objetivo inicial acordado en el convenio firmado el 27 de mayo de 2016 era cubrir 1.500 cupos, pero hubo algunas personas que fueron derivadas y no alcanzaron a empezar el curso, y se venció el plazo acordado interinstitucionalmente. Desde el Inefop concluyeron que, en este caso, el porcentaje de abandono de quienes efectivamente comenzaron el curso fue “bajo”: 10% del total de derivados. Además, un convenio firmado en enero habilitó la posibilidad de formar a otras 2.290 personas. Bango también recordó que, para el caso de atención a personas dependientes, se están abriendo cursos con la UTU en varios departamentos del país y en cuanto al vector de atención a primera infancia, centralizada en la Administración Nacional de Educación Pública y el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay, sumaba 3.000 personas capacitadas a fines del año pasado.

Por su parte, el director de Inefop, Eduardo Pereyra, consideró “muy importante” para el instituto estar cumpliendo este “lineamiento estratégico” y destacó las posibilidades que brinda contar con un abordaje a nivel nacional “y no sólo en el área metropolitana”. En esta oportunidad, además de personas de Montevideo y Canelones, se capacitaron residentes de Cerro Largo, Lavalleja, Tacuarembó, Salto y Soriano.

Pereyra también destacó la necesidad de que la iniciativa venga “acompañada de un cambio cultural” en el sentido de reconocer que “las tareas de cuidado no son asignadas por defecto a las mujeres”. “Esto sienta la base para un avance en la forma en que cuidamos a nuestros conciudadanos, son los cimientos de una nueva sociedad moderna, que valoriza las actividades de cuidados, y que así se prepara para el futuro”, finalizó.