El martes 10 de abril se presentó en la sala Acuña de Figueroa del Palacio Legislativo El libro negro de la nueva izquierda: ideología de género o subversión cultural, de los argentinos Nicolás Márquez y Agustín Laje. La solicitud de la sala había sido hecha el 6 de febrero por el diputado del Partido Nacional (PN) Rodrigo Goñi, cuando el presidente de la Cámara de Diputados era José Carlos Mahía (Frente Amplio, FA). A raíz de la polémica generada por la conferencia, el diputado oficialista Gerardo Núñez (Partido Comunista) presentó en la bancada de su partido una propuesta para modificar el reglamento de uso de las salas. Para Núñez, actividades como la de Márquez y Laje promueven el odio y la intolerancia. Pero ayer, el actual presidente de la cámara baja, Jorge Gandini (PN), dijo que la propuesta de Núñez es “improcedente” e “innecesaria” porque no se puede pedir que el Parlamento haga una “censura previa”. Aseguró que el frenteamplista debería hacer la denuncia penal si tiene la convicción de que hubo una incitación al odio. “Hay gente que no quiere que se difundan ideas diferentes a las suyas”, aseguró. Gandini dijo a la diaria que Núñez tiene un pensamiento que excluye a quienes opinan de manera distinta, “si no, no sería comunista”.

El nacionalista sostiene que el actual reglamento de la cámara ya prohíbe que se use las salas para “la realización de cultos o ceremonias religiosas ni constituirse, por la vía de los hechos, en sede de instituciones de tipo alguno”, y sostuvo que se está confundiendo “la libertad con la intolerancia”. Gandini afirmó que seguirá autorizando el uso de las salas cuando los legisladores las pidan y se trate de temas que tengan que ver con la discusión parlamentaria.

El diputado Alejandro Sánchez (FA) dijo a la diaria que la bancada no sabía que se presentaría El libro negro de la nueva izquierda, porque la solicitud de Goñi no lo especificaba. De hecho, el propio Goñi aseguró que el tema fue definido por los organizadores (A mis Hijos no los Tocan y Varones Unidos), y sostuvo que estaba prevista la asistencia de otros oradores que luego no se presentaron por “problemas de agenda”. Goñi dijo que el título que figura en la solicitud, “Conferencia internacional sobre paternidad responsable”, era provisorio y después se cambió.

Consultado sobre los contenidos de las conferencias, aseguró que él no hace un control ni de los temas ni de los conferencistas: “Mi postura es habilitar la sala sin hacer una censura previa”, respondió, y luego agregó que no es una persona que promueva la discriminación, “el odio o la falta de respeto”.

Por dos

La ponencia de Márquez y Laje no fue la única que generó polémica. El lunes 16 de abril, integrantes de organizaciones sociales se manifestaron en contra de la charla “Familia, género e ideologías actuales” dictada por la militante de Profamilia y ex asesora de Naciones Unidas Amparo Medina. El diputado del PN Gerardo Amarilla, quien pidió la sala para este evento, dijo a la diaria que “hay una caza de brujas” y que con este tema se está mirando qué se dice y quién lo hace. Amarilla coincidió con Gandini en que en el Parlamento se han hecho actos con los que ellos no coinciden como, por ejemplo, la conmemoración de los 100 años de la Revolución Rusa, celebrado el 10 de noviembre de 2017.