Autoridades de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), del Ministerio de Salud Pública y del Centro Hospitalario Pereira Rossell (CHPR) participaron ayer en la presentación del informe de gestión y el análisis de los indicadores del sistema informático perinatal del Hospital de la Mujer Doctora Paulina Luisi, que funciona dentro del CHPR.

Entre los numerosos datos presentados se destacó el descenso en el embarazo de adolescentes, cuya proporción pasó de 29,3% en 2014 a 23,9% en 2017. Según dijo a la diaria Mara Castro, directora del Hospital de la Mujer, esta disminución obedece a un trabajo conjunto que se lleva a cabo en el primer nivel de atención. Castro subrayó además la disminución de los segundos embarazos de madres adolescentes, de 32% a 28%. Según explicó, “eso es reflejo del trabajo que se lleva a cabo en el tercer nivel de atención, es decir, en el hospital, porque en el proceso de alta de estas adolescentes, además de la atención sanitaria, se brinda una adecuada atención psicosocial, que es de gran ayuda en el seguimiento. Entonces estas adolescentes, antes de que les den el alta, reciben información sobre los métodos de anticoncepción, y la mayoría de ellas se va para su casa con algún método anticonceptivo y con una hoja de referenciación al primer nivel de atención. Nosotros hacemos un seguimiento estricto de estas adolescentes, lo que ha permitido el descenso del segundo embarazo”.

Otro dato que surgió del informe fue el descenso de la tasa de mortalidad neonatal, que pasó de 7,6 de cada 1.000 nacimientos en 2014 a 5,1 de cada 1.000 en 2017.

Por otra parte, el año pasado disminuyó la cantidad de nacimientos en el Hospital Pereira Rossell, con 6.275, luego de que se registraran 6.988 en 2016. Castro dijo que esto se debió a la combinación del decrecimiento de la natalidad a nivel general en Uruguay y el específico del embarazo adolescente. De todas maneras, la directora aclaró que este descenso no implicó una baja en la cantidad de usuarias del hospital; por el contrario, ese número aumentó. Castro señaló que tampoco puede explicarse la menor cifra de nacimientos por las interrupciones voluntarias del embarazo, ya que estas se mantuvieron prácticamente sin cambios de 2016 a 2017.

El informe también dio cuenta del número de cesáreas que se realizan en el CHPR, que si bien registró un aumento en 2017 (27,9% del total de nacimientos) respecto de 22.016 (25%), se mantuvo muy por debajo de la media nacional de cesáreas, que fue 42% en 2016, año al que corresponden los datos oficiales disponibles más recientes. Castro apuntó que este incremento tiene una correlación con la indicación atinada de las cesáreas, ya que se practicaron en circunstancias en las que evitaron fallecimientos: “En 2016 hubo siete muertes de recién nacidos por síndrome hipóxico isquémico del recién nacido [o sea, por un déficit de aporte de oxígeno], y en 2017 hubo una sola muerte por esta razón. Si bien no es un número significativo en el aumento de las cesáreas, existen causas por las cuales se explica este crecimiento, porque las indicaciones fueron pertinentes”, dijo. Castro aseguró además que en materia de cesáreas en Uruguay “no hay ningún prestador de salud que tenga una tasa ni siquiera cercana a la que tenemos nosotros”.

Destacó además la labor que hace el Departamento de Trabajo Social del Hospital de la Mujer. En ese sentido, comentó que, de la gran cantidad de niños que nacen en el Pereira Rossell y terminan siendo judicializados (esto es, que interviene el Poder Judicial para determinar quién será responsable de esos niños), más de 70% queda a cargo de su familia de origen, en el marco de lo que se denomina familia extendida (tíos, abuelos, primos), mientras que solamente 8% son derivados a la adopción, y los restantes van a instituciones de amparo, es decir, a hogares del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU).

“Estos buenos resultados se deben a un trabajo interinstitucional”, afirmó Castro. “Nosotros nos reunimos cada 15 días con los responsables del área de trabajo social y con representantes del INAU. Eso es lo que ha modificado el trabajo y la velocidad con la que los niños se van del hospital. Son cosas que fortalecen. Siempre decimos que el hospital tiene mucha incidencia en los factores biológicos, pero cuando hay población que es altamente vulnerable en lo biopsicosocial hay que interactuar con muchos otros actores para obtener logros, que no solamente tienen que ver con la salud de la población”.

Según los datos del informe, aproximadamente 43% de los usuarios del hospital corresponden a grupos de riesgo. Entre ellos, 61% están en un nivel altísimo de riesgo biopsicosocial, y requieren un seguimiento específico que realiza la Unidad de Derivación y Enlace. “Esa población necesita ser muy acompañada, a veces ser traída y llevada desde el hospital a su domicilio. Con el apoyo del Ministerio de Desarrollo Social hemos entregado más de 400 cunas de emergencia y más de 400 equipos de abrigo; entonces, lo que decimos es que no alcanza con trabajar en la salud biológica. Tenemos que estar presentes en estos otros aspectos”, concluyó Castro.