Como era de esperarse, la decisión de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Perú de suspender su participación en la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) creó divisiones entre el oficialismo y la oposición a nivel nacional.

El sábado, el canciller Rodolfo Nin Novoa dijo al diario La República que Uruguay “no piensa salirse de la Unasur”, comentó que lo resuelto por esos seis Estados miembros fue “muy preocupante” y aseguró que el gobierno de Tabaré Vázquez se mantendrá activo en el bloque, que ahora cuenta sólo con la participación activa de Bolivia, Ecuador, Guyana, Surinam, Uruguay y Venezuela.

Nin señaló además que Uruguay realizará “todos los esfuerzos posibles para que se pueda rever esta situación por parte de esos seis países a los efectos de tener una organización propia suramericana, que pueda coordinar temas que son comunes entre los países”. No obstante, admitió que la Unasur debería “rever algunas cosas”.

“Habrá que tomar algunas decisiones importantes en cuanto a la manera, a las formas de resolver las deferencias o los problemas que hay”, sostuvo. Por ejemplo, dijo que quizá se podría “cambiar los sistemas de votación, buscar mayorías calificadas [de dos tercios], algo que impida la parálisis que da la falta de consenso”.

El canciller también advirtió que se había comenzado a hablar de alejamientos en la Cumbre de Lima, en la que Uruguay no estuvo presente. Los seis países que congelaron su participación pertenecen al autodenominado Grupo de Lima, una agrupación de gobiernos de América que se reúne esporádicamente para tratar la situación de Venezuela.

Las declaraciones de Nin generaron críticas de los principales dirigentes de la oposición, entre ellos los senadores nacionalistas Luis Lacalle Pou y Jorge Larrañaga. El primero de estos dijo a El Observador que “en algunos organismos internacionales carece de sentido permanecer”, y que uno de ellos es la Unasur. “La supranacionalidad, el participar en estrados internacionales, tiene que servirle a la nación, y en el caso de Unasur, carece de sentido”, aseveró. Según el líder del sector Todos, la permanencia de Uruguay en la Unasur “es parte de lo que ha sucedido últimamente: conducir las relaciones exteriores por amiguismo, afinidades políticas, ideológicas y lamentablemente económicas”. Por su parte, Larrañaga dijo al mismo medio que “el gobierno sigue haciendo equilibrio”, ya que “anda en el filo de una navaja permanentemente, entre los sectores de racionalidad y los que están casados con Nicolás Maduro y la izquierda latinoamericana”. A su vez, el senador y líder del Partido Independiente, Pablo Mieres, escribió en Twitter: “La Unasur se desmorona: Argentina, Colombia, Chile, Brasil, Paraguay y Perú suspenden su participación. No nos llama la atención, nunca se supo qué utilidad tenía Unasur, más allá de haber servido para promover el liderazgo de Chávez”.

En tanto, el senador frenteamplista Marcos Otheguy cuestionó a la oposición, y dijo que la salida de esos países es lo que realmente responde a “cuestiones ideológicas”, y no a una visión geopolítica inteligente. “La oposición es media esquizofrénica en estas cosas. Se plantea que el Uruguay tiene que abrirse cada vez más y tener más instancias de innovación, y entonces no creo que sea una buena noticia que hoy exista este retroceso”. Según Otheguy “todas las instancias que permitan integrar a los países de América son positivas”, pero lamentablemente “se están desandando los caminos de unidad que se construyeron en el continente”.

La secretaría de la Unasur, bloque formado por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela, está vacante desde enero del año pasado, cuando dejó el cargo el ex presidente colombiano Ernesto Samper.

Hasta ahora los Estados miembros no han podido ponerse de acuerdo sobre ninguna candidatura y la única existente es la del argentino José Octavio Bordón.