Uno de los principales temas de discusión en el próximo Congreso del PIT-CNT, a fines de mayo, será la política de alianzas de la central sindical. La Confederación de Organizaciones de Funcionarios del Estado (COFE) elaboró un documento en el que marca distancia de la postura definida en el último Congreso; advierte que “rechazar la ‘restauración conservadora’ no implica, como contrapartida, el apoyo irrestricto al llamado ‘bloque político y social de los cambios’”. Cuestiona que los gobiernos del Frente Amplio no hayan llevado adelante “un proyecto de cambio estructural alternativo para reducir el dominio del capital en la economía nacional” y sostiene que ese partido no tiene “un proyecto anticapitalista de mediano y largo plazo”.

En contraposición con esta postura, otros sindicatos fuertes del PIT-CNT insisten en la división entre un bloque de los cambios y un bloque conservador. La Asociación de Empleados Bancarios del Uruguay (AEBU), la Unión Nacional de Trabajadores del Metal y Ramas Afines (UNTMRA), el Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos (SUNCA) y la Federación Uruguaya de Empleados de Comercio y Servicios (FUECYS) elaboraron su propio documento, en el que llaman a “derrotar la contraofensiva” del imperialismo y las clases dominantes.

Sostienen que en los últimos tiempos se produjo una “agudización de la lucha entre dos proyectos de país”. De un lado, “el proyecto de restauración conservadora, que implicaría una perspectiva de retroceso en conquistas históricas para los trabajadores”, defendido por “representantes directos del gran capital transnacional, el sector importador comercial y agroexportador, las grandes cámaras empresariales y los oligopolios de la comunicación”, que a su vez son representados políticamente por “las cúpulas blanquicoloradas”. Del otro lado, “el proyecto de cambios profundos de la clase trabajadora organizada y su sistema de alianzas”, conformado por trabajadores, capas medias y el pequeño y mediano capital del campo y la ciudad.

Alertan sobre el papel “más activo” que han tenido últimamente las clases dominantes. Lo ejemplifican con la queja que presentaron las cámaras empresariales ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT) por la Ley de Negociación Colectiva, con “el planteo de la Cámara de Industrias del Uruguay de traer al país la reforma laboral brasileña” y con “un papel mucho más dinámico de la derecha, intentando marcar la agenda nacional”. Mencionan a Un Solo Uruguay como expresión de esta derecha. Advierten que el hecho de que este movimiento “haya levantado banderas de restauración neoliberal” y que, sin embargo, sea apoyado por productores familiares muestra las dificultades que está teniendo el bloque de los cambios para construir hegemonía. En el documento se remarca que “los grandes empresarios rurales que están al frente de estas movidas han hecho planteos de derecha”, como bajar el costo del Estado, terminar con políticas sociales o considerar el crecimiento del salario como un problema. “Es por esta razón que los grandes medios masivos de comunicación, liderados por Andebu [Asociación Nacional de Broadcasters Uruguayos], se convirtieron en propagandistas y organizadores” de la movilización, sostienen los sindicatos. Acotan que, en ese contexto, llama “poderosamente la atención la presencia de algunos sectores de ultraizquierda” en las convocatorias de Un Solo Uruguay, en referencia a militantes de Unidad Popular. “Esto demuestra una vez más cómo los extremos andan juntos en la historia”, sostienen.

Los sindicatos afirman que con el Frente Amplio comparten “muchos avances”, como las leyes laborales y la consagración de derechos civiles. Señalan, de todos modos, la necesidad de profundizar los avances, y proponen una serie de medidas. Entre ellas, revisar la reglamentación de la actual Ley de Promoción de Inversiones, para priorizar sectores de actividad con mayor valor agregado y mayor impacto sobre el empleo; desarrollar el cooperativismo y la autogestión; revisar al alza la tributación al agro; limitar las exoneraciones tributarias otorgadas al capital mediante la ley de inversiones y las zonas francas; y eliminar las exoneraciones del Impuesto al Patrimonio.

El documento reitera los lineamientos propuestos por el Instituto Cuesta Duarte para la negociación en los Consejos de Salarios y para la discusión presupuestal.

Finalmente,sugiere “algunas orientaciones” para el “trabajo práctico” a nivel sindical. Propone la implementación de mesas zonales del PIT-CNT en Montevideo y en otros lugares del país, que aporten al “vínculo capilar” de la central con los barrios. “Siempre y en todo momento habrá que hacer un esfuerzo para que nuestros planteos y definiciones generen simpatía, despierten la adhesión y convoquen a la acción, no sólo a los trabajadores en un sentido estrecho, sino a las grandes mayorías nacionales y populares”, sugieren los sindicatos firmantes.