El porcentaje de personas que consulta con su veterinario para que lo oriente acerca del perro que más se adecúa a su estilo de vida diría que oscila entre 0,1% y 0,3% de la población (cifra no chequeada). Es un ejercicio que no suele ser habitual. Cuando se desea adquirir un auto, en cambio, me atrevo a afirmar que la situación se torna meticulosa. Aparecen variables como costo, marca, repuestos, nuevo o usado, nafta o gasoil, antecedentes, color, y así podemos seguir. Lo mismo sucede cuando decidimos comprar un inmueble: que el barrio, que cuántas habitaciones, con o sin patio, gastos comunes.

Pero al momento de incorporar un perro a casa, lo que prima es la cara de tierno, el “mirá cómo me mira”, “se me acercó a mí primero”, en ese orden. No tomamos en cuenta ni el tamaño que llegará a tener de adulto ni el sexo, el origen, los primeros meses de vida, los antecedentes de padre y madre, sus necesidades básicas como ser vivo, los gastos que implica mantenerlo.

Raza o cruza

Desde el punto de vista médico sabemos que algunas razas son más propensas a sufrir ciertas enfermedades. Por ejemplo, el bóxer tiende a padecer tumores, el ovejero alemán a sufrir displasia de cadera, el caniche a tener alteraciones cardíacas. No significa que los perros de cruza no padezcan ninguna de ellas, sino que se desconoce su prevalencia.

Sobre el comportamiento también existen estudios que relacionan la aparición de ciertos problemas con determinadas razas. En su libro Patología del comportamiento del perro, el doctor y especialista en etología Patrick Pageat concluye en que la masticación destructiva y la hiperactividad aparece más en labradores, la agresión por dominancia en los cocker dorados, la persecución de cola en los bull terriers o la succión o lamido del flanco en los doberman. Pero el éxito en la educación y dedicación de un dueño con su perro siempre será mayor si el animal elegido es aceptado y no impuesto.

Tamaño

Predecir el tamaño del perro puede ser un reto en aquellos cachorros adoptados de los que no se conoce a sus padres o al menos a su madre. Por lo tanto, puede ser útil recurrir a esa información si es posible. Los perros de mediano y gran tamaño (entre 15 y 40 kg) requieren de al menos 40 minutos diarios de ejercicio, así como de dos o tres sesiones de juegos diarias. Los de menor tamaño también lo necesitan, pero en otra medida.

Sexo

Algunas conductas son más frecuentes en hembras que en machos. Las de pequeña talla llegarán a la pubertad aproximadamente a los seis o nueve meses de vida, y lo harán a los nueve o 12 meses las perras de más de 15 o 20 kilos. Una vez que aparece el primer celo, se repetirá en promedio cada seis meses a lo largo de su vida. La raza basenji es la excepción, ya que en ella sólo se produce una vez al año. En cuanto a los problemas de comportamiento, algunos estudios sugieren que las hembras son menos tendientes a la agresividad jerárquica o por dominancia con sus dueños.

Los machos no tienen celo y estarán en condiciones de reproducirse todo el año. Aquellos de pequeño tamaño llegarán a la pubertad aproximadamente al año de vida, mientras que los de mediano y gran tamaño lo harán en promedio al año y medio.

Los machos suelen marcar con orina dentro y fuera de su territorio, y les da por vagabundear fuera de su casa y por expresar agresividad hacia otros perros o con sus dueños con mayor frecuencia que a las hembras.

Composición familiar

La cantidad de integrantes del núcleo, sus edades, así como la existencia de otra mascota, pueden influir a la hora de elegir un nuevo perro. Sin embargo, aquí va un dato que puede determinar el sexo de la futura mascota si ya convivimos con una en casa: si tenemos un macho, lo ideal es adquirir una hembra; si la residente es hembra, lo ideal es adquirir un macho. Con ello se reducen mucho las chances de enfrentamientos que tengan que ver con la jerarquía. Esta competencia por el rol que cumplen dentro del grupo se da entre machos con machos y hembras con hembras exclusivamente.

Edad de adopción

La edad óptima es entre las siete y las ocho semanas de vida. En esta etapa el cachorro se encuentra en la mitad del período de sociabilización, lo que garantiza que se haya familiarizado con su madre y hermanos y que haya adquirido los controles y códigos propios de su especie. Luego, ya en casa, tendrá el tiempo necesario para familiarizarse con sus compañeros de ruta y su entorno.

Lugar de origen

En este punto la frase “Hay de todo como en botica” encaja a la perfección, y quizás sea uno de los ítems en los que el asesoramiento profesional es clave. Criaderos, pet shops, casas de familia, la calle y refugios pueden ser una gran elección o la más equivocada, y por eso hay que investigar minuciosamente.

Sacarle la ficha

Si se dispone de cinco minutos, sugiero navegar por internet buscando dos o tres razas en las que se tenga interés y detenerse en los atributos que se les confieren. “Dócil, bueno con los niños, amistoso, fiel, no le gusta quedarse solo” parecen repetirse en todas las razas. Si pensamos que esas cualidades son redactadas por personas que intentan vender un perro, resulta lógico. No sería recomendable enumerar características como “asesino impredecible, buena mandíbula, muy malo”. Por lo tanto, si bien cada raza puede tener signos propios, el temperamento será el resultado de una adecuada educación y no de lo impuesto en catálogos.