A diez días del comienzo de un nuevo Congreso del PIT-CNT, todo indica que esta vez no habrá acuerdo entre las diferentes corrientes sindicales para conformar la nueva Mesa Representativa de la central sindical, según aseguran sus propios dirigentes. Una nueva reunión entre los principales referentes de las corrientes intentará acercar a las partes y evitar que vuelva a ocurrir lo que por última vez se produjo dos congresos atrás, en 2011: una elección con varias listas para elegir el organismo máximo.

“No me parece que haya muchas posibilidades de que no haya elecciones”, dijo Ricardo Cajigas, dirigente de la Unión Ferroviaria (UF). Y es que las diferencias en los documentos elaborados y difundidos de forma previa al Congreso se refieren a cuestiones de toda índole: desde la caracterización de la situación actual, pasando por la propuesta de plataforma para la central sindical, hasta la cantidad de integrantes que debería tener la Mesa Representativa.

El análisis coyuntural no es un tema menor: la Confederación de Organizaciones de Funcionarios del Estado y gremios como el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Enseñanza Privada (Sintep), la Asociación de Funcionarios Postales del Uruguay (AFPU), la Agrupación UTE (AUTE), la Agremiación Federal de Funcionarios de la Universidad de la República, el Sindicato de Artes Gráficas, la Unión de Funcionarios del Codicen, el Sindicato Único Gastronómico y Hotelero del Uruguay y la UF coinciden en sus documentos al afirmar que el movimiento sindical debe tomar distancia de los gobiernos del Frente Amplio y llevar adelante su propia plataforma. En cambio, la corriente Gerardo Cuesta, que une al grueso de lo que fue en 2011 la lista 1 (militantes comunistas y sus aliados) con Articulación, engloba al PIT-CNT y al Frente Amplio en el “bloque social de los cambios”, en contraposición a un “bloque conservador” en el que ubica a los partidos tradicionales y a las cámaras empresariales.

Según el dirigente Óscar Andrade, del Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos, las diferencias también se expresan acerca de la plataforma que debería tener la central. “Estamos muy lejos de ser una fuerza de tanto volumen en sectores rurales, pero algunas corrientes plantean la reforma agraria. Tenemos una debilidad sindical brutal en algunas áreas y se colocan plataformas con esas máximas”, ilustró. El documento que contiene un capítulo acerca de la “reforma agraria”, en el que se plantea expropiar “grandes latifundios de más de 2.000 hectáreas” con índice Coneat 100 es el firmado, entre otros sindicatos, por el Sintep, AFPU y AUTE.

Por último, la corriente Gerardo Cuesta propone rediscutir la integración de la Mesa Representativa. Según Cajigas, esa propuesta apunta a reducir la cantidad de sus integrantes (actualmente son 44), afectando su jerarquía, pero Andrade alegó que lo que se busca es aumentar su representatividad: “La discusión no debe ser una mesa más grande o más chica, sino con qué criterios se hace”, afirmó, y agregó que las líneas de titulares y suplentes deberían estar agrupadas por rama o por afinidad ideológica, evitando además alterar la representatividad. “No parece sensato que se diga que vayamos todos los gremios a la Mesa y que la representación sea únicamente por gremio de actividad. No sé si es democracia que un gremio de 30.000 personas represente lo mismo que uno de 35”, comentó.