El grupo de indie-pop neoyorkino The Drums nació en 2008 como un cuarteto que irrumpió en la escena musical gracias a “Let’s go surfing” (2009), un tema de surf-rock optimista inspirado en la asunción de Barack Obama. En la canción, el llamado “Oh, mama” sonaba muy parecido al apellido del presidente, y eso, junto con el pegadizo estribillo, lograron que la crítica musical estadounidense prestara atención al resto del disco y pasara a considerarlos uno de los grupos del momento.

Tras cuatro discos en ocho años, el grupo se fue achicando hasta transformarse en un proyecto solista de Jonny Pierce, su cantante y principal compositor. El álbum Abysmal Thoughts (2017) –una colección de 12 canciones íntimas y autorreferenciales– muestra que el trabajo en solitario dio sus frutos. Antes del debut de The Drums en Montevideo el miércoles a las 21.00 en la Trastienda charlamos con su líder, el cantante Jonny Pierce.

En tu último álbum mezclás letras oscuras con música alegre. ¿Cómo te planteaste la idea de yuxtaponer esos diferentes sentimientos?

Creo que esa mezcla siempre estuvo presente en la música de The Drums, con la excepción del EP Summertime [2010], aunque debo decir que incluso un poco de ese trabajo incluye un sentimiento de tristeza. Mi tipo de arte preferido es el que tiene un lado hermoso, pero que casi siempre incluye oscuridad presente en el centro. Por ejemplo, pienso en la película Dancer in the Dark [Lars von Trier, 2000], donde Björk y Catherine Deneuve bailan y cantan durante toda la película y luego, al final, el personaje de Björk es traicionado por casi todos quienes la rodean y ella es colgada y muere. Es una película muy impactante, pero a la vez es muy adorable y hermosa. Considero que a veces tenés que envolver un mensaje áspero en un papel bonito; es más fácil para que la gente lo digiera y a la vez suena genial.

Al escuchar tu música puedo encontrar cómo se mezcla la influencia de diferentes bandas y sonidos, por ejemplo los arreglos vocales de los Beach Boys conviven con la instrumentación oscura que definió a los Smiths y a Joy Division. ¿Cómo se da esta mezcla?

Cuando armé la banda estaba escuchando exclusivamente tres cosas: grupos de chicas de las décadas de 1950 y 1960, como The Supremes o Shangri-Las; bandas de guitarras de los 80, como The Wake y Blueboy; y pop moderno sueco, como The Embassy, The Tough Alliance y JJ. Creo que el sonido de The Drums es la culminación de todo eso. Realmente no me propuse tener un cierto sonido por fuera de la música pop, pero creo que esto muestra cómo es el poder de la influencia: todo se siente como un feliz accidente.

¿Cómo analizás la evolución de The Drums desde su primer álbum –The Drums, 2010– hasta Abysmal Thoughts?

Creo que la música se ha estado refinando lentamente, pero no ha cambiado demasiado. Me gusta cuando las bandas son confiables. Me gusta que cuando te sientas triste, sepas que puedes escuchar The Drums y sentirte mejor. El verdadero cambio realmente surge de haber perdido miembros de la banda, lo que implicó entrar en mí mismo para preguntarme quién soy como artista. Ahora que sólo soy yo quien escribe todo y casi se encarga de toda la grabación, puedo realmente ser yo mismo y hablar sobre las cosas que son importantes para mí. Por eso decidí que Abysmal Thoughts iba a ser realmente muy honesto sobre cómo me sentía. Fueron un par de años difíciles para mí, y entonces quise escribir sobre cómo me sentía solo, asustado y estresado. El resultado es que la gente se conecta más conmigo, porque no me escondo detrás de ninguna broma. Sólo estoy diciendo mi verdad. Recibo mensajes de personas todos los días que dicen que mi música los ha tocado. Algunos de ellos están considerando suicidarse y mi música los ha ayudado a alejarse de esa idea. También es muy raro que haga un espectáculo y no vea al menos un par de personas llorando. Todo se vuelve más significativo de esta manera.

En febrero publicaste “Meet me in Mexico”, una canción a beneficio para ayudar a reconstruir las áreas dañadas por el terremoto en México. En el estribillo cantás: “No puedo festejar con estos tontos gringos”. ¿Cuál es tu relación con tu público mexicano? ¿Podrías afirmar que esta canción es una respuesta a la política de inmigración de Donald Trump?

Donald Trump es una persona muy triste y muy peligrosa. A su administración no le importan las personas. Él sólo se preocupa por el dinero, el poder y el control. Tengo pensamientos tan desagradables cuando pienso en Trump. También me enojé mucho cuando Trump comenzó a decir cosas tan horribles y falsas sobre los mexicanos. No me gusta aun más por esa razón. En mi experiencia de vida, sólo he recibido alegría, amor y aliento de parte de mis admiradores mexicanos. Me siento muy conectado con ellos y, para ser sincero, son una gran razón por la que he decidido seguir haciendo música. Cuando vi la devastación causada por el terremoto y recorrí parte del área afectada, decidí escribir una canción dedicada a mi amor por México y mi desdén actual por gran parte de América.

Esta será tu primera vez en Uruguay. ¿Qué esperás de tu concierto en Montevideo?

¡No tengo idea qué esperar! Estoy muy intrigado y emocionado. Hablé con el resto de la banda y decidimos tocar canciones de cada uno de nuestros discos. Espero que todos podamos cantar juntos esa noche.