“Henrique Meirelles es el mejor entre los mejores” para representar al Movimiento Democrático Brasileño (MDB) en las elecciones del 7 de octubre, dijo ayer el presidente de Brasil, Michel Temer, y así anunció públicamente que no competirá por mantenerse en el cargo.

El presidente, que tiene una popularidad inferior a 10%, había insinuado que podía postularse a la presidencia, pero evitó confirmarlo. Con un respaldo tan bajo, su candidatura ponía en aprietos no sólo al MDB, que habría estado obligado a respaldar a quien es también presidente de la formación, sino también a la centroderecha que ha respaldado a su gobierno, al sumar a la contienda otro nombre con baja popularidad.

Además de retirar su precandidatura, Temer exigió unidad al MDB en un discurso en la fundación Ulysses Guimarães, que pertenece a ese partido. Allí dijo que quien no respalde a su ex ministro de Hacienda deberá irse de esa organización política.

Meirelles cuenta con una intención de voto de 1%, que seguramente suba una vez que el aparato partidario del MDB comience a hacer campaña en su nombre, pero tiene mucho camino por recorrer para alcanzar las primeras posiciones de las encuestas, ocupadas por el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, el diputado ultraderechista Jair Bolsonaro y la ambientalista Marina Silva, en ese orden.

Después de que Temer le dedicara esas palabras, Meirelles dijo que Temer es “un buen respaldo electoral” por el gobierno que está llevando adelante. “Los datos hablan por sí solos”, afirmó, refiriéndose a los resultados positivos en ciertos indicadores de la economía, como el crecimiento, y dejando de lado otros, como el desempleo.