El presidente estadounidense, Donald Trump, generó una nueva polémica el miércoles cuando, en un encuentro con líderes locales de California, dijo que hay “gente que llega al país” que “no son personas” sino “animales”. Agregó, orgulloso, que su gobierno los está “sacando” del territorio “a un ritmo nunca visto”.

Sus comentarios provocaron malestar y fueron interpretados como dirigidos a todos los inmigrantes indocumentados que viven en Estados Unidos. Trump negó esto ayer y precisó que aludía específicamente a los integrantes de la Mara Salvatrucha (MS-13). “Cuando entran los pandilleros de la MS-13 a nuestro país, me refiero a ellos como animales, y ¿saben qué? Siempre lo haré”, reafirmó Trump durante una reunión en la Casa Blanca con el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg.

Un rato antes, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, explicó en conferencia de prensa que Trump “se refería muy claramente a los miembros de la pandilla MS-13 que entran ilegalmente en el país” y cometen crímenes “atroces”. Y fue más allá que su jefe: “Si los medios y los progresistas quieren defender a MS-13, pueden hacer lo que quieran. Francamente, yo no creo que el término que usó el presidente fuera lo suficientemente fuerte”.

La aclaración del mandatario no convenció a la oposición política. Un ejemplo es la reacción del líder de la bancada demócrata en el Senado, Chuck Schumer, que escribió en Twitter: “Cuando todos nuestros tatarabuelos vinieron a Estados Unidos, no eran ‘animales’, y esta gente tampoco lo es”.

También el gobierno de México consideró “inaceptable” que Trump se haya referido como “animales” a los inmigrantes. “El presidente Trump se refirió a algunos inmigrantes. Tal vez tenía en mente a los integrantes de bandas criminales, no lo sé, pero se refirió a ellos como animales, no como personas”, dijo el canciller mexicano, Luis Videgaray, en una entrevista con la cadena Televisa en la que advirtió que por esos comentarios presentará una queja ante el Departamento de Estado de su país vecino.

Trump proclamó una política de “tolerancia cero” con pandillas como la Mara Salvatrucha apenas llegó a la presidencia, en enero de 2017, y ordenó a su gobierno que las persiguiera judicialmente para bloquear sus fuentes de ingresos y reducir su número de integrantes.