El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, anunció ayer que a partir del 17 de octubre será legal la producción, venta y consumo de marihuana. La legalización fue una de las promesas de campaña de Trudeau, que impulsó un proyecto de ley en el Parlamento para cumplirla.

La iniciativa, que fue aprobada en noviembre en la Cámara de Diputados y ayer en el Senado, abre la puerta a la producción y el consumo de marihuana, lo que implica la derogación de una ley de 1923 que prohibía ambas cosas. El primer avance en este sentido se dio en 2001, cuando se habilitó el uso con fines medicinales.

Al celebrar la aprobación de la ley, Trudeau tuiteó: “Ha sido muy fácil para nuestros niños conseguir marihuana y para los criminales cosechar beneficios. Hoy cambiamos eso”. Justamente, uno de los principales argumentos para la aprobación de la ley fue el de evitar que la venta de marihuana estuviera en manos de narcotraficantes.

La norma establece que la marihuana debe ser producida por empresas autorizadas, que la venta se llevará adelante en todo el país, en comercios regulados que no vendan ni alcohol ni tabaco. Sin embargo, ya de antemano se prevén algunas dificultades: en Alberta hay 200 tiendas anotadas para vender marihuana mientras que en Ontario hay sólo 40.

Se establece también que la posesión no puede superar los 30 gramos, y que tanto esta como la venta y el consumo serán legales para quienes tienen más de 18 años de edad. Sin embargo, las distintas regiones de Canadá podrán establecer modificaciones en la reglamentación. Así, por ejemplo, algunas ya informaron que el mínimo de edad serán los 19 años y no los 18.

La ley ya fue aprobada pero debe ser homologada por la gobernadora general de Canadá, representante de la reina Isabel II, que no tiene poder de veto. Sin embargo, no entrará en vigencia de inmediato, ya que algunas regiones pidieron a Trudeau más tiempo para ajustar sus leyes internas a la nueva normativa. Por esta razón, la legalización entrará en vigencia recién el 17 de octubre.

Algunas regiones directamente se oponen a la norma o a algunos de sus artículos. Manitoba y Quebec han reaccionado contra la habilitación para que en cada casa haya hasta cuatro plantas de marihuana, y sus gobernadores ya anunciaron que recurrirán por este punto ante la Justicia.