Durante un acto en Campo de Mayo, el presidente de Argentina, Mauricio Macri, anunció la puesta en marcha de una reforma del Sistema de Defensa Nacional que implica cambiar el papel de las Fuerzas Armadas. “Es importante que puedan colaborar con la seguridad interior, brindando apoyo logístico en la frontera e interviniendo frente a eventos de carácter estratégico”, dijo Macri en el acto oficial, en el que apareció acompañado por el ministro de Defensa, Oscar Aguad, y los jefes de las tres fuerzas. Según la información publicada en medios periodísticos y declaraciones de jerarcas, la participación militar se establecería especialmente en las fronteras, pero las partes que se han difundido del borrador del decreto no establecen un límite a su actuación.

El narcotráfico, el terrorismo y los ciberataques son los tres “desafíos y amenazas” del siglo XXI, identificó Macri, y manifestó que Argentina necesita “Fuerzas Armadas que sean capaces de enfrentar” esos problemas. Además, deberán tener un papel “fundamental” en “la custodia de los objetivos estratégicos”, dijo, y consideró que “a esto se agrega el desafío del ciberespacio”, porque es necesario “garantizar la seguridad de los activos e infraestructura informática críticas del sistema de defensa nacional”.

El gobierno se propone impulsar una “reestructuración operativa” de todas las fuerzas de seguridad –Policía Federal, Gendarmería, Policía de Seguridad Aeronáutica y Prefectura– para redistribuir tareas y desplegar más policías en las calles.

En el caso de las Fuerzas Armadas, su papel fue modificado por última vez en 2006, durante el gobierno de Néstor Kirchner, con un decreto reglamentario de las leyes de Defensa y Seguridad Interior. Esta norma dispone que sólo se utilicen las Fuerzas Armadas ante agresiones de otros estados. Justamente, una de las modificaciones que pretende hacer Macri es que puedan reaccionar de forma “disuasiva o efectiva” ante cualquier agresión externa, provenga o no de un Estado. Se prevé que en los próximos días se publique un nuevo decreto reglamentario en el Boletín Oficial. Según informó el diario Clarín, la publicación se hará esta semana y establecerá que las Fuerzas Armadas pueden actuar “en forma disuasiva o efectiva ante agresiones de origen externo contra la soberanía, la integridad territorial o la independencia política”.

La semana pasada el Estado Mayor Conjunto le entregó a Macri un proyecto de reconversión de las Fuerzas Armadas que, entre otras cosas, propone una redistribución territorial, informaron La Nación y Clarín. El gobierno empezará a recorrer este camino el 1º de agosto, cuando ordene el envío de soldados al norte del país, una zona cuya seguridad quiere fortalecer para frenar la actividad del narcotráfico.

Repudio extendido

Tal como sucedió hace algunas semanas, cuando en otro discurso adelantó algunas de estas decisiones, las palabras de Macri generaron fuertes críticas. Desde prácticamente todos los partidos opositores se reclamó que cualquier cambio en el papel de las Fuerzas Armadas sea debatido en el Congreso y que en ningún caso permita la actuación de estas en la seguridad dentro de fronteras.

El bloque de senadores del Frente para la Victoria emitió un comunicado en el que señala que Macri propone estos cambios “casualmente cuando recrudece la crisis social por el ajuste y el pacto con el Fondo Monetario Internacional”, apelando “a la demagogia punitiva” y profundizando “la degradación de la democracia y el Estado de derecho”. Además, advirtió que las modificaciones mediante decreto pueden implicar violaciones a leyes vigentes.

Críticas similares fueron las del diputado del Frente Renovador Felipe Solá. “Si quieren reformar las Fuerzas Armadas y derogar las leyes existentes, que vengan a discutirlo al Congreso”, dijo. Además, señaló que “meter a las Fuerzas Armadas en seguridad interior empeoró el problema [del narcotráfico] en todo el mundo”.

También la organización Historias Desobedientes, integrada por hijos de represores de la dictadura que repudian el terrorismo de Estado, rechazaron la iniciativa de Macri. Según citó el diario Página 12, sus integrantes manifestaron: “Cuando hablan de ‘lucha contra el terrorismo’ hablan de represión de la protesta social, cuando hablan de ‘lucha contra el narcotráfico’ hablan de represión de la protesta social”.

Por su parte, la directora de Seguridad y Justicia del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Paula Litvachky, dijo a la radio FutuRock FM que Macri busca “instalar la necesidad de ‘las Fuerzas Armadas del siglo XXI’ y el paradigma de las nuevas amenazas”, que incluye “conceptos que vienen de Estados Unidos” y organizan la defensa “para la guerra contra el narcotráfico y el terrorismo como amenazas transnacionales que no se sabe bien cuáles son”. “En épocas de conflictividad social, necesitan sobredimensionar el aparato de seguridad”, opinó Litvachky.

La integrante del CELS se preguntó, según citó el diario Tiempo Argentino: “Si hay una protesta por el extractivismo en Vaca Muerta, por ejemplo, ¿van a intervenir las Fuerzas Armadas? ¿Qué tipo de agresión se va a tomar como una cuestión de defensa de los intereses nacionales?”.