Durante años la localidad de Pontida, en el norte de Italia, fue el lugar desde el que la Liga Norte reclamó la independencia de la Padania, una zona geográficamente no definida pero sí separada de la “Roma ladrona” y “la escoria del sur”. Pero el domingo fue desde Pontida que Matteo Salvini, líder de una Liga de nueva imagen –y que ahora gobierna en coalición con el Movimiento 5 Estrellas– llamó a expandir “el momento” de su partido al resto de los países europeos. “Sólo si las ideas de la Liga llegan a Francia, Alemania, España, Polonia, Austria, Hungría, Dinamarca o Portugal esta Europa tendrá la esperanza de existir”, dijo ante sus seguidores en un acto del partido. “Visitaré las capitales, no sólo las europeas, para crear una alternativa a esta Europa fundada en la explotación, las finanzas y la inmigración en masa”, agregó.

La iniciativa tiene en la mira las elecciones para el Parlamento Europeo de 2019, y Salvini propuso reunir a “movimientos libres y soberanos que quieran defender sus propias fronteras y el bienestar de sus hijos”.

En el Parlamento Europeo la Liga Norte integra la bancada del Grupo Europa de las Naciones y de las Libertades, junto a otros partidos ultraderechistas y nacionalistas como el francés Agrupación Nacional (ex Frente Nacional), de Marine le Pen, el holandés Partido por la Libertad, de Geert Wilders, y el Congreso de la Nueva Derecha de Polonia. Salvini ya ha tenido acercamientos con gobiernos europeos de derecha, como el de Austria, con los que ha intentado presionar para endurecer la política de la Unión Europea ante la llegada de inmigrantes indocumentados.