“Con nuestra fe, hermanos, estamos venciendo, llenando nuestra Nicaragua de esperanza, estamos proclamando la hermandad, la fraternidad”, dijo la vicepresidenta nicaragüense, Rosario Murillo. Su mensaje, divulgado el lunes en los medios oficiales, estaba dirigido a la población de su país, donde se estiman en más de 300 las personas muertas, 150 las desaparecidas y más de 2.500 las heridas en las protestas contra el gobierno que comenzaron el 18 de abril.

Murillo, que además de vicepresidenta es la esposa del presidente, Daniel Ortega, dijo a los nicaragüenses que “el poder de Dios vence, porque Dios es amor, y nos exige amarnos unos a otros”, según citó La Nueva Radio Ya. La dirigente continuó: “Así, en amor entre todos, en disposición de fe, en convicción de fe, esperanza, reconciliación, en amor, como hermanos nicaragüenses es que vamos saliendo adelante, proclamando la paz”.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos anunció que enviará un Grupo Internacional de Expertos Independientes (GIEI), integrado por cuatro especialistas provenientes de Italia, Guatemala, Argentina y Perú, para que investiguen cada una de las muertes ocurridas desde abril. Estaba previsto que el GIEI se instalara ayer para trabajar junto con comisiones que fueron creadas por el gobierno o en el marco del diálogo entre las autoridades y sectores sociales movilizados. La organización Amnistía Internacional advirtió que el GIEI “se instalará en un contexto adverso en el que el saldo de víctimas de violaciones a derechos humanos se incrementa diariamente”.

Además de las muertes, está previsto que se investiguen ejecuciones extrajudiciales, posibles actos de tortura y detenciones arbitrarias, acciones de las que la CIDH y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos han responsabilizado al gobierno. Las autoridades nicaragüenses niegan haber incurrido en esas prácticas. Y Murillo afirma que el gobierno trata de restablecer “el amor entre todos, como base de la justicia y la paz” en Nicaragua.