“Quizá esta afirmación suene muy obvia, pero no la tenemos incorporada cuando pensamos en seguridad: no somos héroes ni heroínas”. Con esta frase, que ayer de noche guio la charla en la sede de Casa Grande, Mariana Cattoi abrió la presentación por parte del sector de una serie de propuestas alternativas sobre política de seguridad para incluir en el programa del Frente Amplio (FA) e instalar en la próxima campaña electoral. “Digo esto porque la lógica del héroe es patriarcal, idealizada e individualista. Cuando en el sistema político tenemos un montón de héroes haciendo propuestas de salvación, nos dejamos de preguntar cómo hacemos para lograrlo”, explicó. En la mesa también participaron la senadora Constanza Moreira, como moderadora; la directora de Desarrollo Social de la Intendencia de Montevideo, Fabiana Goyeneche; y el sociólogo Rafael Paternain.

Cattoi hizo referencia a la experiencia de su país de origen, Brasil, donde “la gran mayoría de las personas privadas de libertad son pobres, negras, con baja escolaridad y viven en las periferias. Nacen con derechos vulnerados y terminan siendo cuerpos descartables”. Una contradicción de los gobiernos de izquierda fue que “por un lado se apostó a la educación de los negros, a través de las cuotas, y por otro se autorizó la intervención militar en las favelas, de donde venían los jóvenes negros”, señaló, y puso como ejemplo lo que sucedió durante el Mundial. “Hubo personas que fueron asesinadas por la Policía para mantener lo que muchos llaman paz. Y yo siempre me acuerdo de una banda brasileña que canta: ‘por la paz que yo no quiero’. Tenemos que pensar por qué, cómo y a quiénes vamos a alcanzar con [políticas de] dolor y sufrimiento en virtud de mantener la paz”, dijo.

Goyeneche afirmó que hay que empezar a derribar ciertos mitos, en particular, el de que hay que aumentar las penas para disminuir el delito. Comentó que muchos señalan que con el FA hay una “puerta giratoria” por la que las personas entran y salen de la cárcel, pero preguntó para cuántos delitos “se han disminuido las penas en estos tres gobiernos frenteamplistas”, y apuntó que más bien sucedió todo lo contrario. También se refirió al mito de que una política de seguridad de izquierda es de “soñadores” o “románticos”. “Necesitamos una política criminal que tenga una orientación de izquierda y que se base en información y datos, no en ideas de héroes y heroínas”, aseveró.

Paternain opinó que la jornada era un “primer paso” para abrir la “discusión en el FA”. Este, en los últimos años, ha hecho “enormes esfuerzos” en materia de seguridad, pero “no se ha podido mantener a raya el delito”, de modo que corresponde una “autocrítica”, alegó. Aseguró que Casa Grande tiene claro que “la pulseada no se juega con las medidas de Larrañaga o las de [el estadounidense Rudolph] Giuliani, el asesor de Novick; los problemas de seguridad se dirimen en el FA”. Citando a la senadora socialista Daisy Tourné, agregó: “Esto requiere mucho esfuerzo de pedagogía política en las bases”.

El sector propone una serie de medidas para buscar un cambio de paradigma en materia de seguridad, y Paternain resaltó la creación de una Secretaría para la Prevención de la Violencia, que se haga cargo del Observatorio de Criminalidad, hoy dependiente del Ministerio del Interior, e impulse proyectos estratégicos. Entre ellos, reflotar las mesas locales para la seguridad y la convivencia –que consideró uno de los proyectos más importantes que generó Uruguay en 2005, pero que “hoy está absolutamente desdibujado”–; y desarrollar una política de desarme civil; proyectos focalizados para reducir la tasa de homicidios; programas de prevención de la violencia de género y la violencia hacia niños, niñas y adolescentes; y políticas para la reinserción y la reducción de la reincidencia criminal. También plantean la creación de un comisionado parlamentario para el seguimiento del trabajo policial, con miras a reducir los niveles de violencia institucional y tender a una lógica de policiamiento comunitario.