Los frenteamplistas tuvieron el sábado su festejo especial de la Declaratoria de la Independencia con la mayoría de sus locales abiertos para celebrar el Día del Comité de Base. Entre pizzas, tortas, cazuelas y asados, los militantes se juntaron para discutir la marcha del gobierno y las perspectivas para las próximas elecciones, y también para elegir a las autoridades de cada comité.

Fue una ocasión propicia para que los probables precandidatos a la presidencia recorrieran locales, hablaran con los militantes e incluso coincidieran en algún comité y se sacaran fotos juntos, que inmediatamente fueron subidas a las redes sociales. El intendente de Montevideo, Daniel Martínez; la ministra de Industria, Energía y Minería, Carolina Cosse; el dirigente del Sindicato Único de la Construcción y Anexos Óscar Andrade y la senadora de Casa Grande, Constanza Moreira, fueron algunos de los líderes frenteamplistas más activos en las visitas a los comités.

Moreira llegó casi sobre el mediodía a su comité de la coordinadora L, Pedro Lerena, en el barrio Malvín, que estrenaba local nuevo. La acompañó en la charla el diputado socialista Roberto Chiazzaro. La convocatoria era para hablar sobre política exterior, pero la conversación derivó naturalmente hacia la situación del Frente Amplio (FA) de cara a las próximas elecciones.

“¿Cómo está la región? La región está horrible, en un momento espantoso”, sintetizó Moreira. Por un lado, Estados Unidos “retomó su rol bélico” y el “empuje sobre su patio trasero”, América Latina. Por otro lado, hay un “empuje de las derechas”, que “reaccionan frente a la década larga de gobiernos progresistas” con actitudes “xenófobas, homofóbicas, racistas, machistas”, advirtió la legisladora.

En particular, Moreira se detuvo en el rol de los grupos religiosos. “[Nicolás] Cotugno decía tanto disparate que ya nadie lo escuchaba. Pero [Daniel] Sturla entra con un paso largo progresista”, comentó. Añadió que la izquierda debería estar alerta, sobre todo, ante la “preeminencia política” que están adquiriendo los grupos evangelistas. Afirmó que en la discusión de la ley integral para personas trans, estos grupos, que tienen representantes en el Parlamento, “actuaron” sobre los legisladores blancos y colorados para llevarlos a “posiciones mucho más volcadas a la derecha”. Recordó que hubo 500 personas en el Palacio Legislativo manifestándose en contra de la ley trans. “Son demostraciones de poder y de fuerza”, consideró Moreira.

Tanto la senadora de Casa Grande como Chiazzaro cuestionaron lo que calificaron como “estrategia jurídica y mediática” para atacar a los gobiernos progresistas. Moreira indicó que primero “se desata el escándalo de corrupción” a través de los medios de información y luego actúan los poderes judiciales, que en ocasiones son “cómplices” de la derecha, como en el caso del juez Sérgio Moro en Brasil. Agregó que en el caso de la ex presidenta Cristina Fernández “el cerco es cada vez más apretado”. Chiazzaro añadió que esta estrategia está impulsada por Estados Unidos.

Moreira sostuvo que el tema de la corrupción “le complica la vida” a la izquierda, ya que “no lo tiene bien resuelto”, y será “un tema difícil de manejar” en la próxima campaña electoral. La izquierda “no sabe cuánta corrupción hubo aquí o hubo allá” y no tiene posiciones uniformes sobre las distintas situaciones, sostuvo la legisladora. En cambio, a la derecha “la corrupción parece que no la toca”, a pesar de que hay casos notorios, como la defraudación tributaria cometida por el edil nacionalista Rodrigo Blas. “Para la derecha [la corrupción] es algo habitual”, acotó Chiazzaro. Cuestionó que mientras que “cualquier acto de corrupción de un frenteamplista sacude los medios”, sobre el caso de Blas “en pocos días ya no se va a hablar más”.

“Gobierno mediocre”

En este escenario regional, Moreira advirtió que “el descrédito de la izquierda también le pega al FA” y cuestionó que la oposición “ha hecho política sobre la base de sembrar el malestar y la desconfianza en la izquierda”. Puso como ejemplos lo sucedido con las investigadoras de ANCAP y de la Administración de los Servicios de Salud del Estado.

Tanto la senadora de Casa Grande como Chiazzaro destacaron que Uruguay continúa creciendo, pero se mostraron preocupados por algunas situaciones, como la pérdida de fuentes de trabajo y la cantidad de personas que se ven últimamente durmiendo en la calle. “Estamos teniendo algunos retrocesos, hay una fractura social que tenemos que revertir”, afirmó Chiazzaro. Moreira opinó que el tercer gobierno del FA “económicamente ha sido un gobierno mediocre, no por sus gobernantes”, sino por el contexto, y Chiazzaro propuso “una reforma tributaria de segunda generación”, en la que “el capital tiene que ser más afectado” de lo que lo ha sido hasta ahora. El senador socialista pronosticó que será “muy difícil” para el FA mantener la mayoría parlamentaria. “Y ganar también”, acotó Moreira. Ambos remarcaron que en este contexto, “como nunca”, el FA “necesita ganar las elecciones que vienen.