El presidente argentino, Mauricio Macri, anunció hoy que pidió al Fondo Monetario Internacional (FMI) que acelere los plazos para la entrega del préstamo de 50.000 millones de dólares que el organismo aprobó en junio. En un breve video, Macri dijo que le pidió al FMI que adelante “todos los recursos que resulten necesarios” para garantizar que Argentina cumplirá con el pago de la deuda durante 2019.

Esta noticia llegó después de que durante varios días se especulara –a partir de informes de instituciones financieras extranjeras– sobre si Argentina lograría cumplir con los plazos de pago de deuda del año que viene o si caería en default. El riesgo país aumentó 23% en el último mes, y en el mismo período el peso argentino se depreció 14%. El anuncio muestra, una vez más, que las políticas adoptadas por el gobierno de Macri no terminan de tranquilizar a los mercados, algo que se confirmó a lo largo de la jornada de ayer, cuando el dólar volvió a subir. El martes había superado los 32 pesos argentinos y ayer cerró a 34,4.

Las decisiones del gobierno no sólo generan dudas en los mercados, sino también el repudio de las centrales sindicales. La Confederación General del Trabajo (CGT) anunció ayer que convocará a un paro general para el 25 de setiembre, el cuarto en lo que va de la presidencia de Macri y el segundo de 2018. Por su parte, la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) llamó a un paro de 36 horas que comenzará el 24 de setiembre y terminará el día siguiente. A diferencia de la CGT, la CTA sí hará una movilización contra “los despidos” y el “plan sistemático de hambre”.

Por su parte, el presidente sigue sin mencionar la palabra “crisis” y continúa asegurando que la situación se debe al “empeoramiento del contexto internacional”. Varios jerarcas han atribuido la incertidumbre de los últimos días a la sequía que perjudicó a la exportación de soja, que derivó en un menor ingreso de dólares al país.

Ante la escasez de esa divisa, el Banco Central de la República Argentina consiguió hace semanas el permiso del FMI para seguir operando en el mercado cambiario con el objetivo de frenar su suba continua. De ese modo ha conseguido moderar el aumento del precio del dólar, pero no evitarlo.

Según datos publicados por el diario Tiempo Argentino, el dólar creció 66% desde que comenzó el año. Además, la deuda pública aumentó y la contraída en dólares representa 68% de los 360.000 millones que debe Argentina. A esto se suma que se está produciendo una constante fuga de capitales en dólares: entre enero y julio salieron del sistema financiero argentino 20.000 millones, casi el doble que el año pasado en el mismo período.

Ya se prevé que los términos acordados entre Argentina y el FMI para el primer año del acuerdo, que termina en junio de 2018, sean incumplidos y que ni siquiera se alcancen las previsiones que el país tenía a comienzos de año, que eran un poco más pesimistas. La inflación va a superar el 32% máximo previsto en el acuerdo, y la economía no tendrá un crecimiento –ni de 3,2%, como se acordó, ni de 0,4%, como llegó a proyectar el gobierno–, sino que habrá una reducción del Producto Interno Bruto de hasta 1%, según dijo Macri a CNN la semana pasada.

De acuerdo con lo anunciado por Macri y lo que han informado los medios sobre la última visita del FMI a Argentina, estos incumplimientos no implicarán que el fondo adopte medidas para endurecer los términos del crédito, al menos por ahora, y por otra parte, el envío del siguiente tramo del préstamo no estará condicionado a que se alcancen las metas previstas. Argentina solicitó el adelanto al FMI la misma semana en la que el organismo confirmó al gobierno que desembolsará un nuevo tramo de 3.000 millones de dólares que ya estaba previsto en el acuerdo inicial. El presidente no comunicó cuánto dinero será el adelantado ni cuándo se va a enviar a Argentina.

En su anuncio de ayer Macri dijo, además, que su país acompañará el “apoyo” del FMI con “los esfuerzos fiscales necesarios”, dando a entender que continuará con la política de ajustes impulsada hasta ahora, que ha impactado directamente en la vida de los argentinos. De acuerdo con algunos economistas, la inflación de agosto se encontrará entre 3% y 4%, de tal manera que acumularía 34% en todo 2018.