A lo largo de su vida el senador republicano John McCain fue prisionero durante la Guerra de Vietnam, compitió por la presidencia de Estados Unidos –en 2008, cuando ganó Barack Obama– y tiene una ley con su nombre. Pero en los últimos años de su vida, que terminó ayer, a los 81 años, McCain se destacó también por ser un fuerte crítico del presidente Donald Trump.

El enfrentamiento entre los dos ya se veía en las primarias del Partido Republicano, cuando Trump, que en su juventud logró librarse de que lo enviaran a combatir en Vietnam, puso en duda que McCain fuera un héroe de guerra y dijo que él prefiere “a los que no son capturados”.

En 2017, McCain, que sufría de un cáncer cerebral, se sometió a una cirugía justo cuando se votaba un proyecto de ley apoyado por Trump para derogar la reforma sanitaria conocida como Obamacare. Decidió no terminar su recuperación y se reintegró al Senado en la mitad de la noche para votar y hacer caer el proyecto. Más adelante, en julio, calificó el papel de Trump en una cumbre con su par ruso, Vladimir Putin, como “una de las actuaciones más vergonzosas que se recuerde de un presidente estadounidense”.

Ayer, cuando McCain murió, fue elogiado tanto por republicanos como por demócratas como Bernie Sanders o el propio Obama, pero Trump se limitó a expresar públicamente sus condolencias a la familia. Según informaron varios medios, el gobernante no será invitado al funeral.