El Partido Nacional, el Partido Colorado y el Partido Independiente (PI) hicieron ayer en la Cámara de Senadores una cerrada defensa de la posición de las Fuerzas Armadas (FFAA) y, tras más de seis horas de debate, votaron en contra de la reforma del Servicio de Retiros y Pensiones de los militares. Destacaron el rol que cumplen las FFAA en el país, su “sacrificio” y los derechos que no pueden ejercer (como el de tener actividad política), y lamentaron los bajos sueldos de la tropa.

El senador del Partido Comunista del Uruguay, Juan Castillo, fue el miembro informante de la iniciativa. Argumentó que entre 2001 y 2008 se reformaron todos los subsistemas de seguridad social (Caja de Profesionales Universitarios, Caja Bancaria, Caja Policial y Caja Notarial) menos la Caja Militar. “En más de cuatro décadas no se ha revisado la Caja Militar”, remarcó el legislador, y destacó que el proyecto que está a consideración del Parlamento constituye la más gradual de todas las reformas de los subsistemas.

Castillo mencionó el desequilibrio financiero de la Caja Militar, un desfasaje “que termina financiando toda la sociedad” y que cada año se profundiza más. En 2011 fue necesario transferir 200 millones de dólares a esa caja; en 2017, 580 millones de dólares; y se prevé que en 2020 habrá que transferir 700 millones de dólares.

El legislador señaló que mientras que las tasas de reemplazo (porcentaje de la jubilación que se percibe en comparación con el sueldo) en el Banco de Previsión Social (BPS) llegan como máximo a 82,5% –si la persona se jubila con 70 años de edad y 40 de servicio–, entre los militares superan el 100% en algunos casos. Mientras que la transferencia por pasivo en el BPS es de 739 dólares, en el caso de la Caja Militar es de 10.000 dólares. Castillo también mencionó las diferencias en las edades de retiro obligatorio: mientras que en el BPS son 60 años de edad y 30 años de actividad, para los subalternos de las FFAA son 38 años de edad y 20 años de actividad.

Castillo afirmó que la reforma prevista alcanza a la mitad de los funcionarios en actividad (contando a los que ingresan en régimen de transición) y que atiende las necesidades de las FFAA y sus especificidades, “con especial protección del personal de tropa”.

La oposición, en tanto, consideró que debería aprobarse la nueva Ley Orgánica Militar antes de que se trate la reforma del sistema previsional. El senador del PI, Pablo Mieres, dijo que ese era el principal motivo por el que su partido no votaría la reforma, y consideró que el déficit de la Caja Militar está “sobredimensionado”. La senadora frenteamplista Ivonne Passada (Movimiento de Participación Popular) coincidió en que lo ideal habría sido que la ley orgánica se hubiera aprobado antes que la reforma de la Caja Militar, pero apuntó que esta última iniciativa debe votarse antes de octubre porque no puede aprobarse en el año previo a las elecciones.

Los senadores opositores centraron su argumentación en la “especificidad” de la Caja Militar y en que esta no es comparable con los otros subsistemas de la seguridad social. Consideraron que no es lo mismo porque los militares cobran, por ejemplo, la mitad que un policía, y porque otras cajas, como la de los profesionales, tienen otros mecanismos de financiamiento. Asimismo, remarcaron que el déficit de la Caja Militar se debe a que cada vez hay menos activos en las FFAA, algo que obedece a “una decisión política”.

El senador nacionalista Carlos Camy explicó que su partido votaría en contra de la reforma en general porque se oponen a “la esencia” del proyecto, aunque acompañaría en particular 35 de los 79 artículos de la iniciativa.

El colorado Germán Coutinho, por su parte, aseguró que el proyecto “representa un duro golpe a nuestras fuerzas militares”. “El cambio es tan rotundo que va a alterar su disposición táctica, su espíritu de cuerpo y su objetivo esencial”, pronosticó.

Pablo Mieres y Luis Lacalle Pou, ayer, durante la sesión del Senado.

Pablo Mieres y Luis Lacalle Pou, ayer, durante la sesión del Senado.

Foto: Pablo Vignali

Defensa de las FFAA

Hubo algunos puntos especialmente polémicos en la discusión de ayer. Uno de ellos surgió a raíz de la intervención del senador nacionalista Jorge Larrañaga, quien consideró que el proyecto “genera un daño muy grande” y valoró que han triunfado “los impulsos más radicales” del Frente Amplio (FA). “En algunos sectores del gobierno ha imperado un conjunto de prejuicios, de estigmas y de algunos resentimientos hacia las FFAA”, afirmó. Añadió que se están “vulnerando de manera sistemática” derechos adquiridos de los militares y que el ministro de Defensa Nacional no representa a las FFAA. “Se lleva un rumbo de acogotar a las FFAA”, sentenció, y anunció que el Partido Nacional “revisará” la reforma si llega al gobierno.

Las declaraciones de Larrañaga motivaron múltiples respuestas de los legisladores frenteamplistas. El senador Enrique Pintado (Asamblea Uruguay) sostuvo que el FA “no tiene animosidad con nadie” y que si la hubiera tenido, habría reformado la Caja Militar cuando asumió el gobierno, en 2005. Consideró también que la oposición no puede quejarse del déficit fiscal y al mismo tiempo no querer reformar la Caja Militar. “Un poquito de coherencia”, reclamó.

La senadora del mismo sector Daniela Payssé sostuvo que lo afirmado por Larrañaga es “muy peligroso”. “Se dijo que esta reforma se hizo a espaldas de los propios involucrados y que el ministro no representa a las FFAA. Ojo con esas declaraciones, porque acá hay una institucionalidad”, advirtió. “El ministro no está para representar el interés o el sentir de las FFAA, está para llevar adelante las políticas públicas de nuestro gobierno. El ministro de Salud no está para representar el interés de los médicos”, sostuvo, por su parte, en ese sentido, el senador socialista Yerú Pardiñas.

“A mí que no me vengan a correr con el tema de las discusiones ideológicas. Que tampoco se venga a practicar el tremendismo, porque cuando se habla de cuentas, a las FFAA han pretendido cobrarles todas las cuentas. Vamos a no hacernos los chanchos rengos ni los distraídos: toda vez que se ha podido, se ha intentado culpabilizar a las FFAA”, respondió a su turno Larrañaga. Reiteró que el ministro no representa a las FFAA y cuestionó que se haga responsables del déficit fiscal a los militares.

Desde las barras

Otro legislador que acaloró el debate fue el nacionalista Luis Alberto Heber. El senador aludió al ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro, que estaba presente en las barras: “Se ve que no tiene mucho trabajo y viene a mirarnos a nosotros aquí”, comentó. El senador frenteamplista Marcos Otheguy le salió al cruce y calificó de “profundamente irrespetuoso” que se aluda a un ministro que no puede responder para defenderse. En el mismo sentido, la senadora frenteamplista Constanza Moreira, del sector Casa Grande, afirmó que no puede decirse que un ministro pierde el tiempo cuando escucha un debate. “Es un ministro que respeta al Parlamento, y con su presencia nos honra”, expresó.

Además, Heber atribuyó los cambios discutidos ayer a “una visión economicista, neoliberal”, del FA. Los comentarios subieron de volumen. “Espero que se calmen”, comentó Heber. “El senador Heber le llama el neoliberalismo, y todos nos reímos, pero yo le llamo la insostenibilidad económica y financiera del sistema actual”, le respondió Moreira. “Esta es una gran reforma, y costó mucho”, destacó la legisladora, y la puso al nivel de la reforma de la salud y la reforma tributaria. “Las grandes reformas son antipáticas, porque lesionan privilegios, y hay que tener fuerza y coraje político para impulsarlas”, remarcó.

En su exposición final, Castillo lamentó que los peones rurales y las trabajadoras domésticas, entre otros colectivos, no sean defendidos por la oposición de la misma manera que la tropa militar, si bien cobran sueldos similares. El proyecto se aprobó sólo con los votos del FA y pasó a consideración de la Cámara de Diputados.

Poco tiempo antes de la aprobación del proyecto, el comandante en jefe del Ejército, Guido Manini Ríos, sostuvo que de aprobarse, la iniciativa afectará a “las dos terceras partes del Ejército”. “Como jefe de ellos simplemente me corresponde decir que tengo la firme expectativa de que no afecte negativamente”, sostuvo. Luego aseguró que si la iniciativa también se vota en Diputados, los militares, “después de 25 o 30 años, van a tener que retirarse con una parte sensiblemente menor, incluso con la mitad, de lo que se retiran en el día de hoy, que tampoco es mucho”.