Hace seis años, Miguel Avero, Santiago Pereira y Hoski (José Luis Gadea) iban de liceo en liceo. Leían su poesía y buscaban poetas entre los estudiantes. El proyecto se llamó Orientación Poesía, contó con apoyo del Consejo de Educación Secundaria y se extendió a varios departamentos del sur del río Negro. Tres años después, pegaron un salto: sumaron a la poeta Regina Ramos y a la fotógrafa Paula Scagliotti, organizaron un ciclo de lecturas y comenzaron a publicar periódicamente en la web a los creadores que seguían encontrando, así como a ensayistas que los comentaban. Eso fue En el camino de los perros, que ahora da un nuevo paso: mañana a las 19.30 se presenta como libro en el Centro Cultural de España (Rincón 629).

En el camino de los perros. Antología crítica de poesía ultrajoven uruguaya recoge textos de 26 de los autores menores de 23 años que participaron en la experiencia. “Es la fotografía crítica de un conjunto de autores que han irrumpido de manera organizada en el mundo literario uruguayo en los últimos tres años, y debe ser pensado como parte de un presente poético heterogéneo, dinámico y lleno de posibilidades”, dice Hoski. Narrador (en 2011 publicó Hacia Ítaca y este año salió Ningún lugar), poeta (Poemas de amor y Poemas de la pija aparecieron en 2010 y 2012, respectivamente), músico (La Nelson Olveira), profesor (de literatura), Hoski escribió el texto introductorio del libro y es el coordinador de la edición.

Una de las cosas que siguen llamando la atención, aunque se la haya escuchado, es el término “ultrajoven”. “Lo empezamos a usar cuando hicimos la primera convocatoria para editar poetas en la antología virtual, en 2015, antes de que se formara el colectivo propiamente. En ese momento buscábamos poetas que tuvieran entre 15 y 20 años. Pensábamos en un sujeto creador que estuviera en el liceo o cursando los primeros años de facultad, porque, paradójicamente, ese es un momento muy fértil y, a la vez, es un momento en el que es difícil saber qué hacer con lo que uno hace, conectarse con el sistema literario y los espacios de aprendizaje, publicación y difusión establecidos. El término ‘joven’ es muy laxo en Uruguay, usado de manera benigna y como sinónimo de promesa. Preferíamos usar algo más específico. Para esta antología en papel, de autores sub 23, preferí mantener el término, ya que los poetas antologados participaron en la antología virtual del proyecto en 2015 y 2016, cuando eran menores de 20, y las muestras poéticas son de esa época”.

En el prólogo Hoski da vueltas a la idea de que llegar al libro es un hito para generar otros retornos y, sobre todo, conexiones. A la vez, plantea que han aparecido prácticas, o espacios, nuevos. ¿Cuánto de “viejo” que debe ser preservado, o que hay que respetar, hay en la forma en que funciona el sistema literario? “No es un tema normativo, de valoración, respecto del libro. Es más un hecho que hay que reconocer: el libro es un elemento jerarquizado dentro del sistema literario. Cuando se valoran nuevos espacios (y algunos, como los ciclos y festivales de poesía oral, que no son nuevos pero son pensados permanentemente como algo nuevo y diferente a la tradición, cuando tienen la suya propia) no se lo hace por oposición a lo ‘viejo’; se los piensa igual que a los nuevos espacios, algo existente, algo que forma parte del sistema y que seguro tiene algo que aportar a la diversidad cultural. La valoración no está en las épocas, los géneros o el tipo de estética, sino más bien en el ejercicio de las propias estéticas. Y ahí son valiosos los lectores, los críticos, los creadores. El libro y los concursos, pero también los slams de poesía o las ediciones artesanales y virtuales de poesía: nuevo o viejo, todo tiene algo para dar al enriquecimiento cultural”.

En su ensayo sobre Francesca Sena, una de las poetas antologadas, Avero afirma que el proyecto, además de un núcleo generacional, tiene otro geográfico: el departamento de Canelones. “Viene de nuestra historia personal”, dice Hoski, y aclara: “Yo soy de Toledo, Pereira es de Colón, Regina es de San José y Avero es de Villa García; todos tenemos una sensibilidad de periferia y un acceso ambiguo a la cultura capitalina. En las convocatorias aparecieron varios poetas pedrenses y de la costa, y nosotros fuimos especialmente atentos a esas sensibilidades. Por ejemplo, al malditismo de los pedrenses, que mezclan referencias a su infancia en los dosmiles con una estética decadente y un lenguaje joven muy regional. Yo me sentí identificado con esas estéticas y me siento muy orgulloso de poder editarlas”. Por otro lado, los límites geográficos del proyecto son los de su financiación. “Sin embargo, nuestro trabajo y las convocatorias a escritores ultrajóvenes han estado apoyadas por docentes de cada lugar”, puntualiza el poeta.

“Aquí yace el desierto de lo real: movimientos interiores y otros viajes”, “Fusilen a todos los publicistas: el arte de vomitar”, “Marcianos: poesía de otro mundo”, “Charla y nada más: un alto para el café”, “Cuerpos como metáforas apuñaladas: desmembramientos / partos / regeneraciones” son las secciones en que se agrupan los poetas. ¿Es una clasificación? “No”, dice Hoski, “más bien, es una forma de ordenar dentro de toda la selección. Para armar las secciones pensé también en la mirada que cada ensayista le había dado al poeta, los temas y las estrategias discursivas que había resaltado. Que sea una antología o selección no significa que no sea un libro que alguien va a leer. Las secciones son un toque estético del coordinador, si se quiere”.

Los poetas son jóvenes y también sus comentaristas. Obligadamente menores de 40, parecen transitar distintas etapas de su desarrollo crítico. “La idea era que los ensayistas fueran poetas y docentes, es decir, críticos implicados en la creación literaria más allá de la crítica, que pertenecieran a una o dos generaciones más grandes que los gurises y que conocieran el proyecto. Algunos incluso habían participado como editores externos en la publicación de los poetas en la plataforma virtual. La elección de los ensayistas es una cuestión ética: autores emergentes decididos ni al parricidio ni a la canonización del pasado, sino dispuestos a decir mediante la lectura de autores todavía más jóvenes que ellos. Yo quedé contento con el resultado de los ensayos y aprendí mucho en mi rol de coordinador, y como en todo proceso hay cosas que quizá no haría hoy de la misma forma”.

La publicación, que cuenta con el apoyo del Ministerio de Desarrollo Social, el Instituto Nacional de la Juventud y el Fondo de Iniciativas Juveniles, corre por cuenta de Estuario Editora.

Los poetas reunidos (y sus comentaristas)

Julián Núñez (Mariana Figueroa), Olivia Arocena (Romina Serrano), Federico Machado (Mathías Iguiniz), Guillermina Sartor (Matías Mateus), Rodrigo Lima (Santiago Pereira), Francesca Sena (Miguel Avero), Nahuel Hernández (Martín Palacio Gamboa), Juan Manuel Martínez (Fabián Muniz), Luis F Miró (Hoski), Micaela Blengini (Santiago Pereira), Gastón Alf (José Arenas), Maite Benia (Esteban Siri), Marco Rodríguez (Muniz), Nicolás Mateos (Palacio Gamboa), Carolina Silva Rodé (Manuel Barrios), Marcel Machado (Serrano), Lucas Rodríguez Berrospe (Mateus), Agustín Torres (Rodrigo Clavijo Forcade), María Virginia Finozzi (Leonor Courtoisie), Zoe Aruel (Courtoisie), Isabel Retamoso (Regina Ramos), Soledad Marrero (Avero), Florencia Ciganda (Avero), Maite Burgueño (Clavijo Forcade), Milagros Kidd (Arenas), Eloísa Avoletta (Hoski).