El gobierno de Venezuela dio un paso más en su reconversión monetaria al poner en circulación su nueva moneda, el “bolívar soberano”, que pierde cinco ceros con respecto al bolívar. Si bien varios países de la región han implementado cambios en su moneda en las últimas décadas, este es el más radical y el que se lleva adelante en peores condiciones, con una economía que atraviesa una profunda crisis desde hace años.

El cambio de la moneda fue interpretado como un reconocimiento del gobierno de Nicolás Maduro de que Venezuela vive una hiperinflación y que no será posible revertirla a la brevedad. Esta situación llevaba a que las personas tuvieran que llevar pilas de billetes para comprar artículos básicos, por ejemplo, un rollo de papel higiénico. En la actividad empresarial, la acumulación de billetes estaba generando algunos problemas, por ejemplo, que los programas informáticos para la contabilidad no aceptaban tantos ceros.

Los críticos del gobierno consideran que esta reconversión no hará mucho más que ordenar y simplificar el manejo del dinero en Venezuela, pero que no será útil para combatir los problemas económicos que enfrenta el país. “No se puede acabar con la hiperinflación sin un programa de disciplina fiscal y monetaria, y un compromiso creíble de disminución de la tasa de creación de dinero”, dijo el economista opositor Francisco Rodríguez a la BBC. La emisión indiscriminada de dinero ha sido señalada como uno de los principales factores que promueven la hiperinflación que, según el Fondo Monetario Internacional, este año llegará a 1.000.000%.

La reconversión monetaria llegó en el marco de una serie de medidas del gobierno, algunas de las cuales habían sido anunciadas o implementadas anteriormente. Una de ellas es un nuevo aumento del salario mínimo, que en esta oportunidad se acababa de multiplicar por 60 al subir de tres a 180 millones de bolívares. Según medios venezolanos, esta cifra equivaldría a unos 30 dólares.

Maduro anunció que será el Estado el que se haga cargo de este aumento durante los próximos tres meses en el caso de las pequeñas y medianas empresas, aunque no especificó cómo lo hará ni cómo definirá a las empresas beneficiadas.

En el marco de estos cambios, el gobierno también había anunciado la creación de “un mercado libre de divisas” con la apertura de 300 casas de cambio y una reforma a la ley que regula el sistema cambiario. Sin embargo, no ha habido avances en este sentido y no se sabe si la liberación va a ser total.

Un tercer aspecto de estos cambios económicos es el que involucra al petro, la criptomoneda creada por el gobierno de Venezuela para “proteger la capacidad de compra de los venezolanos”. Entre las medidas implementadas en estos días está la de atar el valor del petro al precio del barril del petróleo venezolano en los mercados internacionales, que hoy es de unos 60 dólares. “Se ancla la economía a una moneda fuerte como el petro, que además no tiene emisión”, por lo cual no tiene efecto inflacionario, explicó el vicepresidente venezolano, Jorge Rodríguez.

Mientras el gobierno asegura que estas medidas servirán para reencaminar la economía, la oposición las rechazó y exigió cambios más profundos. Tres partidos y la coalición Frente Amplio Venezuela Libre convocaron a un paro nacional para hoy. Llamaron tanto a empresas como a ciudadanos a detener su actividad y a participar en asambleas barriales en las que se tratará, entre otras cosas, una propuesta para hacer una huelga nacional más adelante.