Después de cinco años de discusiones, el Congreso chileno aprobó ayer la Ley de Identidad de Género que busca reconocer y dar protección a los derechos de las personas transgénero. La Cámara de Diputados de Chile ratificó el proyecto con 95 votos a favor y 46 en contra. La semana pasada había sido aprobado por el Senado, que rechazó la inclusión de menores de 14 años, defendida por los impulsores del proyecto.

Como la iniciativa sólo contempla a personas mayores de esa edad, varias organizaciones que defienden los derechos de la comunidad LGBTI presentaron recursos ante la Organización de las Naciones Unidas y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

La nueva ley obliga a que las personas sean tratadas “en conformidad con su identidad de género y, en particular”, a que sean “reconocidas e identificadas de ese modo en los instrumentos públicos que acreditan su identidad respecto del nombre y sexo”. Además, agrega el texto, “las imágenes, fotografías, soportes digitales, informáticos o cualquier otro instrumento con los que las personas figuran en los registros oficiales deben ser coincidentes con dicha identidad”.

Es posible que el texto pase ahora a control preventivo del Tribunal Constitucional porque ayer, luego de la votación, los diputados de la Unión Demócrata Independiente anunciaron sus “reservas de constitucionalidad”.

Después, el documento será enviado al presidente chileno, Sebastián Piñera, quien tiene un plazo de 30 días para aprobarlo o rechazarlo. Si Piñera no hace observaciones durante ese período, la ley se da por aprobada y podrá ser promulgada.