Hoy se reúne el grupo bicameral del Frente Amplio (FA) que analiza el proyecto de reforma de la Caja Militar. Lo hará para estudiar la propuesta que remitió por escrito el diputado frenteamplista de la Liga Federal, Darío Pérez, en la tarde del martes. Pérez asegura que no votará la iniciativa si no se contemplan las modificaciones que promueve. De todos modos, algunos legisladores del oficialismo adelantaron a la diaria que estas son “inaceptables” porque suponen “ablandar” la reforma.

Entre otros puntos, el diputado de la Liga Federal propone restringir la aplicación de la reforma solamente a los militares subalternos con cinco años o menos de actividad, y a los oficiales con diez o menos años de actividad. El proyecto actual establece que se aplicará a los militares con 15 años o menos de actividad; la iniciativa original del Ejecutivo establecía la aplicación a quienes tuvieran 20 años de actividad o menos, pero a propuesta del Movimiento de Participación Popular se bajó a 15 años, y así fue aprobado por la Cámara de Senadores.

Además, Pérez pretende cambiar las bonificaciones que establece el proyecto: en lugar de computarse seis años cada cinco de actividad, plantea que se computen siete años por cada cinco en el caso de los militares subalternos.

Para el diputado Alejandro Zavala, de Ir (FA), las exigencias de Pérez “se apartan mucho del acuerdo” logrado por consenso en el FA y constituyen cambios “de fondo”. “Nosotros no vamos a ablandar más la reforma. Y si no, no saldrá y se hará cargo Darío Pérez”, declaró.

El diputado comunista Gerardo Núñez consideró que Pérez presentó muchos más cambios que los que había anunciado al principio. “Una cosa eran dos cambios o tres, y otra cosa es esto”, expresó, si bien aclaró que todavía no se analizaron las propuestas.

El diputado de Asamblea Uruguay Alfredo Asti fue más allá y sostuvo que las modificaciones son “absolutamente inaceptables”, que alteran “algunos temas esenciales del proyecto” y que llevarían a “otro proyecto distinto del que mandó el Ejecutivo y aprobó el Senado”. “Hicimos muchas concesiones y no estamos dispuestos a romper el consenso que habíamos logrado, que ya había implicado bajarse de algunas posiciones. Teníamos diferencias con el proyecto original, que nos parecía demasiado gradualista”, recordó Asti. También mencionó que Pérez nunca participó en los ámbitos de deliberación frenteamplistas por este tema, pese a que estaba habilitado a hacerlo, y ahora “viene con este proyecto totalmente distinto”. “Si esta es su posición, creo que es más fácil llegar a un acuerdo con alguien de la oposición”, sentenció.

En la misma línea, Zavala consideró que de mantenerse esta postura, será más fácil llegar a un acuerdo con el diputado de Unidad Popular (UP), Eduardo Rubio, que con Darío Pérez.

El voto 50

Los legisladores frenteamplistas ya piensan en entablar diálogo con legisladores de la oposición, en particular, con Rubio y con los del Partido Independiente (PI), para intentar conseguir el voto 50 que garantice la aprobación de la reforma.

Rubio, al igual que Pérez, asegura que votaría la iniciativa si se introdujeran modificaciones. El diputado de UP propone los mismos beneficios para los militares que Pérez, pero con una diferencia: el cambio central estaría dirigido a beneficiar sólo a la tropa y no a los oficiales. Rubio propone que la reforma se aplique a los subalternos con cinco años o menos de actividad, pero entiende que para el caso de los oficiales el proyecto no debe modificarse. Además, propone mejorar la tasa de reemplazo para los estamentos más bajos de las Fuerzas Armadas, y bajar el tope de las jubilaciones en el caso de los oficiales, ubicándolo al mismo nivel que el resto de los topes jubilatorios.

En tanto, el PI no está cerrado a negociar modificaciones, y de hecho tiene previsto presentar sugerencias, dijo a la diaria el diputado Iván Posada. De todos modos, prefirió mantener en reserva las propuestas que hará. En un principio, el PI quería que la reforma de la Caja Militar se aprobara junto con la ley orgánica de las Fuerzas Armadas, pero está dispuesto a flexibilizar esa posición. “No obstante, nuestra intención es hacer algunas propuestas”, anunció Posada, y afirmó que hay margen para negociar, “por supuesto”. “Estamos dispuestos a conversar si se liman algunas asperezas”, señaló.

Para Asti, es mejor un escenario sin reforma que uno con una reforma mínima. “Si seguimos haciendo cambios, va a ser un proyecto que no reforme nada, porque posterga tanto que luego no tiene efecto alguno. Y después puede decirse: ‘Pero ya se reformó la Caja Militar’. Hay que reformarla en serio, no simplemente poner el título de reforma y que no reforme nada. También reconozco que se pagaría un alto costo político por no reformarla en este período, el tema es qué es reformar realmente el sistema de retiros militares y qué es hacer un saludo a la bandera”, evaluó.