Los cuestionamientos contra la forma de gobernar del presidente estadounidense, Donald Trump, se siguen acumulando. A la expectativa generada por la publicación del libro de Bob Woodward Fear: Trump in the White House, se sumó ayer una columna de opinión de un alto funcionario que asegura que hay una resistencia dentro de la Casa Blanca que tiene por objetivo frenar las decisiones equivocadas del gobernante y promover las políticas adecuadas para Estados Unidos. El artículo fue publicado en la sección de opinión del diario The New York Times, que aclara que sabe quién lo escribió, pero optó por no hacer público su nombre porque “su trabajo podría verse comprometido”.

Varios integrantes del gobierno salieron a aclarar ayer que no eran ellos los autores del texto. Entre quienes se vieron forzados a hacer aclaraciones estuvieron el vicepresidente, Mike Pence, y el secretario de Estado, Mike Pompeo. Sus nombres habían sido mencionados por medios de comunicación que han publicado largas listas de funcionarios que podrían haber escrito la columna.

El texto critica al presidente y reivindica el trabajo de aquellos que desde adentro de la administración buscan detener algunas de sus decisiones. Asegura que varios funcionarios del gobierno trabajan para que avance una agenda paralela a la de Trump. “Muchos de los altos funcionarios de su propia administración están trabajando diligentemente desde adentro para frustrar partes de su agenda y sus peores inclinaciones”, dice, y agrega: “Yo lo sé, soy uno de ellos”. Aclara, además, que no se trata de una “resistencia de izquierda”, sino que su objetivo es que esta administración sea exitosa, y que para eso deben evitar que el presidente “siga actuando de una manera perjudicial para la república”.

El texto es duro. Su autor asegura que “la raíz del problema es la amoralidad del presidente”, que no tiene “principios que guíen su toma de decisiones” y sí “impulsos generalmente [...] antidemocráticos”. Agrega que el gobierno ha tenido logros, pero que los ha alcanzado “a pesar de, y no por el estilo de liderazgo del presidente, que es impetuoso, confrontativo, mezquino e ineficaz”.

Tal como se filtró en ocasiones anteriores, en el artículo se afirma que las reuniones con Trump “se desvían de tema y se salen de los carriles”, que el presidente “se involucra en refriegas repetitivas” y que su impulsividad lo lleva a tomar decisiones “a medias, mal informadas y, en ocasiones, imprudentes”.

Tanto él como otros altos funcionarios saben que Trump puede “cambiar de opinión de un minuto a otro” sobre decisiones importantes y que su comportamiento errático sería “más preocupante” si no fuera por los “héroes desconocidos” que han hecho “todo lo posible” para evitar que esas malas decisiones se implementen, no siempre con éxito.

“Los estadounidenses deben saber que hay adultos presentes. Somos conscientes de lo que está sucediendo. Estamos tratando de hacer lo correcto”, agrega la misiva. Allí también se señala que en la Casa Blanca “nadie quiere precipitar una crisis constitucional”, sino hacer lo posible “para dirigir a la administración en la dirección correcta hasta que, de una forma u otra, se termine”. Afirma que los integrantes de esta “resistencia silenciosa” ponen “al país primero”, y llama a los ciudadanos a “elevarse por encima de la política” y a dejar de lado las etiquetas en favor de todos los estadounidenses.

De acuerdo con algunos medios, la publicación despertó una caza de brujas en la Casa Blanca, aunque Trump le restó importancia en Twitter. Dijo que es una columna de opinión anónima, “o sea, cobarde”, que muestra que “se están volviendo locos” porque su gobierno está “haciendo un gran trabajo”. En un acto en la Casa Blanca, el mandatario afirmó: “Los números de las encuestas son geniales, y adivinen qué: nadie estará cerca de vencerme en 2020 por todo lo que hemos hecho”. Además, el presidente aseguró que si ese “cobarde” realmente existe, en referencia al autor del texto, The New York Times “debe, por seguridad nacional, entregarlo al gobierno”.