El presidente paraguayo, Mario Abdo, que asumió el 15 de agosto, decidió trasladar la embajada de su país en Israel de Jerusalén a Tel Aviv y revertir así una de las últimas decisiones que tomó el anterior gobernante, Horacio Cartes. El 9 de mayo, Cartes convirtió a Paraguay en el tercer país en llevar su embajada a Jerusalén, después de que lo hicieran Estados Unidos y Guatemala, y viajó a inaugurar en persona la nueva sede. Ya entonces, Abdo, que había sido electo presidente, dijo que cuando asumiera el cargo su gobierno analizaría esa decisión.

El reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel ha sido muy cuestionado debido a que la situación de esa ciudad, que tanto israelíes como palestinos reclaman como capital, es un asunto sin resolver en las negociaciones que han mantenido las dos partes en décadas de conflicto. Además, ha sido leído como un aval a la ocupación que Israel mantiene desde 1967 en Jerusalén Este, la zona árabe de la ciudad.

“En su decidido compromiso con la paz, el Paraguay desea contribuir a que se intensifiquen los esfuerzos diplomáticos regionales e internacionales con el objeto de lograr una paz amplia, justa y duradera en Oriente Medio”, dijo ayer el canciller paraguayo Luis Alberto Castiglioni, y afirmó que el estatus de Jerusalén “debe ser abordado por las partes involucradas mediante negociaciones, en el marco de las disposiciones de los organismos internacionales competentes”.

Castiglioni, encargado de informar sobre la decisión del gobierno, manifestó que la medida se aplicará “de manera inmediata” y será comunicada a los países integrantes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Agregó que “Paraguay siempre fue previsible en sus relaciones internacionales” y que el gobierno quiere que “eso continúe”. El ministro recordó que su país “se ha adherido con consistencia a la visión de una región en la que dos estados democráticos, Israel y Palestina” convivan. Señaló que en 1947 Paraguay votó a favor de la creación de dos estados y de un régimen especial para Jerusalén, y que reconoció tanto a Israel, en 1948, como a Palestina, en 2011.

El ministro también se refirió a la decisión que en su momento tomó Cartes y dijo que fue “absolutamente unilateral e inconsulta, y sin ningún tipo de argumentos fundados en el Derecho internacional”. Continuó: “Se comunicó sin ningún tipo de argumentación. Lo cual habla de una decisión, diría yo, hasta visceral”.

Ayer mismo llegó la respuesta del gobierno israelí mediante un comunicado de la cancillería: “El primer ministro, Benjamín Netanyahu, ha instruido al Ministerio de Relaciones Exteriores para que cierre la embajada israelí en Paraguay”. Esa comunicación oficial agrega que Israel “ve con gran gravedad la excepcional decisión de Paraguay, que enturbiará las relaciones entre ambos países”.

En opinión de Castiglioni, la decisión no debería molestar a Israel. “Hay más de 85 países que conservan su embajada en Tel Aviv, y nosotros somos un amigo y aliado histórico de Israel”, dijo. “Lo que Paraguay está diciendo aquí”, afirmó el canciller, “es que hemos actuado siempre con respeto absoluto al derecho internacional y con respeto absoluto a las instituciones y organismos a los cuales estamos suscritos formalmente y que ordenan todas las relaciones en el mundo entre estados”.

Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores palestino, Riad al Malki, anunció que abrirá “inmediatamente” una embajada en Paraguay “en reconocimiento” a esta decisión del gobierno de Abdo, informó la agencia de noticias palestina Wafa. También la Organización para la Liberación de Palestina celebró esta medida “valiente” y dijo que “muestra que el gobierno de Asunción ha decidido volver a la tradicional posición latinoamericana de respeto por el derecho internacional y las resoluciones de la ONU”.