El presidente de Argentina, Mauricio Macri, retomó la semana pasada una práctica que ha repetido su partido, Propuesta Republicana, durante las campañas electorales: el “timbreo” a los vecinos. Lo hizo en Mendoza, donde visitó a varias personas acompañado por las cámaras fotográficas y de video que iban generando contenido para las redes sociales.

Pese al entorno controlado, Macri divulgó unas declaraciones polémicas que hizo en la casa de Laura, una mendocina que le preguntó cómo hacía para mantenerse “bien y sonriente” durante estos días. “Trabajo mucho conmigo mismo, en mi interior, tratando de mantener la calma”, dijo el presidente, antes de agregar: “Tengo que estar tranquilo, porque si me vuelvo loco les puedo hacer mucho daño a todos ustedes”. En un video que fue subido a redes sociales por el oficialismo, Macri agrega que enfrentó varias “tormentas” seguidas y que para relajarse ha sido fundamental su entorno. Entre otras personas, mencionó a su esposa, Juliana Awada, sus hijos y sus amigos.

Con los timbreos Macri parece querer acercarse nuevamente a los argentinos después de que durante los últimos meses sufrió una baja en su popularidad. En tiempos de ajuste, acuerdo de metas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y confirmación de que la pobreza va a aumentar, las encuestas están mostrando que el respaldo al gobierno está cayendo.

Los más diversos sondeos muestran que Macri está perdiendo la imagen positiva y que la coalición oficialista Cambiemos está cayendo en intención de voto a un año de las elecciones presidenciales de 2019. Esto complica las previsiones del gobierno de llevar a Macri como candidato a la reelección, ya que se espera que la recesión de la economía se extienda hasta los comicios y que la inflación siga aumentando a raíz de la devaluación del peso argentino frente al dólar. Si bien la semana pasada el dólar bajó algunas décimas, ayer volvió a aumentar y cerró por encima de los 38 pesos argentinos, más del doble de los 17 pesos que valía hace un año.

Todo esto sin que se conozcan todavía las condiciones que impondrá el FMI para acceder al pedido del gobierno de que adelante parte del desembolso del préstamo de 2019 a 2018, en un contexto en el que ya se sabe que Argentina no cumplirá con las metas comprometidas cuando se solicitó el crédito, en junio.