La ciudad iraní de Ahvaz celebraba el sábado un desfile militar para recordar el inicio de la guerra con Irak (1980-1988) cuando cuatro hombres empezaron a disparar contra los presentes desde una de las tribunas. Como consecuencia, 25 personas murieron y otras 60 resultaron heridas. Los atacantes fueron abatidos por las fuerzas de seguridad y también murieron, confirmó el portavoz de las Fuerzas Armadas, Abolfazl Shekarchi.

Todavía no está confirmada la autoría intelectual del atentado. El grupo yihadista Estado Islámico (EI) lo reivindicó unas horas después mediante su agencia de noticias Amaq, pero se equivocó inicialmente al señalar que el presidente iraní, Hasan Rohani, asistía al desfile, cuando en realidad se encontraba en un acto similar en Teherán.

Los Guardianes de la Revolución descartaron que se haya tratado de un ataque de EI y responsabilizaron al movimiento separatista Alahvazié (Movimiento de Lucha Árabe para la Liberación de Ahvaz), que busca la independencia de las zonas de mayoría árabe del país. Pero no sólo señalaron a este grupo. El portavoz de los Guardianes, Ramazan Sharif, acusó directamente a Arabia Saudita y a sus aliados del Golfo Pérsico por financiar al movimiento separatista. Al mismo tiempo, adelantó “una venganza mortal e inolvidable en un futuro próximo” contra los autores del ataque y aseguró que el cuerpo militar no escatimará esfuerzos “para perseguir y castigar a los criminales en la geografía de la región y más allá”.

En una línea parecida, el líder supremo de Irán, Ali Jamenei, denunció que el atentado configura “una continuación de las conspiraciones de los regímenes respaldados por Estados Unidos en la región”, en alusión a Arabia Saudita y sus aliados. “El trágico y desgarrador martirio de un grupo de personas de nuestro querido pueblo en Ahvaz a manos de los terroristas mercenarios ha expuesto una vez más la atrocidad y la perversidad de los enemigos de la nación iraní”, dijo Jamenei en un comunicado.

Por su parte, Rohani aseguró que la identidad de los autores del atentado es “completamente clara” para su gobierno y prometió que “Irán no dejará este derramamiento de sangre sin respuesta”. El presidente no quiso dar nombres pero habló de “pequeños países mercenarios de la región” que reciben el respaldo de Estados Unidos. Sobre este último, dijo que está “actuando como un matón con el resto del mundo y piensa que puede comportarse basándose en la fuerza bruta”.

Rohani hizo esas declaraciones en medio de una escalada de tensión entre Washington y el gobierno iraní, después de que la administración del presidente estadounidense, Donald Trump, decidiera retirarse del acuerdo nuclear con Irán y reimponer las sanciones al país.

Al respecto, el gobernante iraní afirmó que su pueblo “resistirá” y que el gobierno “está listo para enfrentarse a Estados Unidos”, que “lamentará haber elegido el camino equivocado”.

Washington rechazó ayer las acusaciones. La embajadora estadounidense ante la Organización de las Naciones Unidas, Nikki Haley, condenó el ataque y aseguró que su país “no busca hacer un cambio de régimen en Irán” En una entrevista con la cadena de noticias CNN, Haley dijo, en referencia a Rohani: “Tiene al pueblo iraní protestando, cada puñado de dinero que entra a Irán va a su Ejército y ha oprimido a su pueblo por un largo tiempo. Necesita mirar a su propia base para descubrir de dónde viene eso”. La funcionaria agregó: “Puede culparnos de todo lo que quiera. Lo que tiene que hacer es mirarse al espejo”.

Estados Unidos no es el único país de afuera de la región que fue señalado por Irán. Horas después del atentado, el Ministerio de Relaciones Exteriores iraní convocó a los embajadores de Dinamarca, Países Bajos y Reino Unido para denunciar la presencia en esos países de grupos opositores al gobierno que no son consideradas terroristas por la Unión Europea “porque no han perpetrado atentados terroristas en Europa”.

A diferencia de Estados Unidos, Arabia Saudita y sus vecinos aliados se llamaron a silencio y no respondieron a las acusaciones. La única reacción fue la de un asesor político de las autoridades de Emiratos Árabes Unidos, Abduljaleq Abdulah, quien escribió en Twitter que “un ataque militar contra un objetivo militar no es un acto terrorista” y advirtió que “el traslado de la lucha al interior de Irán aumentará”. Ante este mensaje, el Ministerio de Relaciones Exteriores iraní convocó al encargado de negocios de ese país y le advirtió que “un apoyo claro a los actos terroristas por parte de personas afiliadas a los centros oficiales emiratíes es responsabilidad del gobierno”.