A días de haber publicado su quinto álbum de estudio, la banda argentina Onda Vaga llega esta noche a Montevideo para volver a presentarse en La Trastienda. “El disco Nuestras canciones era una deuda que teníamos porque hace rato queríamos plasmar lo que pasa con los temas que tocamos en los camarines y en los shows”, explica Marcelo Blanco, quien es trompetista, guitarrista y uno de los cantantes del quinteto.

Este trabajo discográfico ofrece una colección de 12 versiones de canciones de diferentes artistas, como Andrés Calamaro (“El mambo”), Babasónicos (“Desfachatados”), Os Mutantes (“A minha menina”), Tanguito (“Sutilmente a Susana”), The Kinks (“Sunny Afternoon”), Tom Zé (“Augusta, Angélica e Consolação”) y Xuxa (“Xuxa Park”). Según comenta Blanco, en este disco el quinteto se planteó regresar al sonido que definió a su primer álbum, Fuerte y caliente –de 2008–, en el que mezclaron canciones propias con algunas versiones de otros artistas, con una impronta acústica como base.

En ese primer disco ya se notaba el sonido característico de Onda Vaga: interesantes arreglos y melodías pegadizas basadas en el canto al unísono del quinteto, el uso del cajón peruano y el cuatro venezolano, arreglos de vientos y una fuerte influencia del folclore latinoamericano. Era una mezcla que sobresalía en la escena argentina, y en 2008 su disco debut fue elegido “Disco del año” por Rolling Stone Argentina y Página 12, que también premió como “Mejor artista nuevo” a la banda.

Onda Vaga nació en el verano de 2007 con el paisaje del Cabo Polonio de fondo, y eso se puede percibir en sus canciones, que tienen algo de sonido de fogón; en ese balneario de Rocha estuvieron los músicos de las bandas Doris (Nacho Rodríguez y Marcelo Blanco) y Michael Mike (Marcos Orellana y Tomás Justo Gaggero), y luego se les sumó Germán Cohen (de Flor de Mambo). Según Blanco, la propuesta musical de Onda Vaga estaba implícita: “Cuando nos juntamos a tocar por primera vez no había más que un cajón peruano, una criolla y un cuatro. Para que se escucharan las voces cantábamos todos al mismo tiempo, porque ninguno de nosotros tiene la proyección necesaria para tapar los instrumentos. Ese sonido se armó casi sin querer, pero 11 años después es algo a lo que nos gusta mucho volver”.

Tras años de recitales y de giras por el exterior, en 2013 presentaron su tercer disco, Magma elemental, en el Luna Park, con más de 5.000 asistentes e invitados, como Adrián Dárgelos, Fito Páez, Palo Pandolfo y Pablo Dacal. Meses más tarde tocaron en Europa y Japón, donde su nuevo álbum llegó al segundo lugar del ranking de ventas en la categoría “world music” de Tower Records.

En 2016 publicaron OV IV, en el que plantearon un tratamiento más eléctrico de sus canciones. Para este nuevo disco, en cambio, Onda Vaga se propuso retornar a sus raíces. “Nos decidimos hacer Nuestras canciones ahora porque OV IV fue un proyecto bastante ambicioso en cuanto a tiempo, producción y estilo. Quedamos conformes con el resultado, pero nos tomó tres años y esta vez queríamos algo más tranqui. En este álbum volvemos a encargarnos de todo: grabación, producción y mezcla; eso le brinda un sonido más personal, más nuestro”, asegura Blanco.

Para él, el título del disco representa la idea de “apropiación” del repertorio elegido: “Creo que la banda tiene un sonido propio, lo que permite que en cualquier canción que agarremos, por más que no la cambiemos mucho, ya por el hecho de tocarla nosotros, con nuestros arreglos e instrumentos, se sienta nuestra energía”, afirma. Esta noche el quinteto argentino presentará algunos temas de este nuevo trabajo, a la vez que interpretará varias canciones de sus discos anteriores, en las que invitan al público a entrar en una comunión musical basada en el baile y en la calidez de lo acústico.

Onda Vaga en La Trastienda, esta noche a las 21.00. Las entradas están a la venta por RedUts y van de $ 700 a $ 900.